Situado en la provincia de Burgos, en la comunidad autónoma de Castilla y León, se encuentra la encantadora villa de Tobera, un rincón mágico en España conocido como “el pueblo de las mil cascadas”.
Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), en el año 2023 este pequeño pueblo contaba con apenas 26 habitantes, quienes tienen el privilegio de sentir y apreciar su encantador entorno natural, que combina su riqueza histórica con la belleza de sus paisajes, que parecen sacados de un cuento de hadas.
Este enclave se ha convertido en un destino ideal para una escapada de otoño, principalmente para aquellos que buscan una experiencia diferente, alejada del bullicio de zonas concurridas y la rutina, aunque sea un fin de semana.
Tobera es una población conocida por sus miradores y puentes, que regalan increíbles vistas del paisaje que lo rodea, además, sus saltos de agua y arroyos no quedan atrás formando un espectáculo natural inigualable.
Los turistas que han visitado este hermoso lugar se sienten atraídos por su belleza, conformada por diferentes puntos de interés como lo es el cauce del río Molinar, que atraviesa este destino creando diversas cascadas a su paso, detalle por el que se ganó el título del pueblo de las mil cascadas, explica el medio El Español.
Visitarlo es sumergirse en una aventura que se empieza a sentir con el sonido relajante del agua al caer, generando una sensación de tranquilidad y frescura que se respira también en su ambiente. Estas características hacen que, en verano, varios españoles lo elijan como el sitio ideal para huir del calor.
Dependiendo de la época del año y del caudal del río, el tamaño e intensidad de los saltos de agua y cascadas suele variar, pero siempre tienen el poder de recrear un espectáculo natural de ensueño.
Su riqueza histórica
De acuerdo con el mismo sitio web, las cascadas de Tobera no solo son un espectáculo natural, sino que también han sido aprovechadas durante siglos para actividades como la molienda de grano, dato que le suma un importante componente cultural e histórico a este atractivo turístico.
Entre sus monumentos más visitados se encuentra la ermita de Nuestra Señora de la Hoz, un santuario que parece estar tallado en la misma concha de piedra que lo cobija. En su interior está la imagen del Santo Cristo auxiliador, visible desde la calle a través de un arco enrejado.
Este lugar, además de ser un símbolo de la devoción local, ha ganado un importante valor arquitectónico y paisajístico innegable, cautivando a los visitantes con sus detalles de construcción en piedra, con un diseño sobrio y rodeado por el río y las montañas. Por esta razón, resulta ser una parada infaltable durante una visita al pueblo.
Según el diario El Debate, de su historia también se destaca que se utilizó incluso como energía para alimentar una pequeña central eléctrica y una fábrica de papel.
Este mismo medio, señala que uno de los saltos de agua más espectaculares es el de Barriolucio, aunque hay muchos más que se pueden visitar como Salceda, Irús, Salto del Nerivón, Rojas, Peñaladros, o Tartalés de los Montes.
Para completar la experiencia única, sí o sí se debería hacer una parada en la iglesia de Santa Eulalia, protegida bajo la categoría de zona de presunción arqueológica, así como en las ruinas del monasterio de Santa María de Rioseco, ubicados a tan solos unos kilómetros de Tobera.