Planear viajes, independientemente de cuál sea el destino, sea lejos o cerca, por pocos o muchos días, siempre implica el proceso de empacar la maleta, que es un gran reto. La apuesta es que no se quede nada por fuera, que quepan todas las cosas que se “supone” se requieren, pero que a la vez se logre ahorrar espacio, con el fin de evitar el sobrepeso en el equipaje que pueda motivar pagos extra.
Para adelantar esta actividad hay diversidad de recomendaciones a tener en cuenta. Por ejemplo, embalar en capas. Esto consiste en colocar las prendas más pesadas, como chaquetas o zapatos, en el fondo de la maleta. Luego, ubicar aquellas más ligeras en la parte superior para evitar que se aplasten y de esta forma se logrará que más cosas quepan.
También es importante minimizar los productos de higiene personal. Aquí lo aconsejable es intentar llevar tamaños pequeños o empaques compactos de los productos de higiene, como champú, crema, desodorante y perfume, entre otros. Otra de las opciones es comprar algunos de ellos en el destino en el que se estará de viaje para evitar ocupar espacio y generar peso. Es posible que salga más económico adquirir los productos, que asumir el sobrepeso de la maleta.
Otra opción es usar cubos de embalaje para separar la ropa por categorías. Por ejemplo, la ropa interior, las prendas para utilizar en el día y las de la noche, entre otras. Esto no solo organiza mejor la maleta, sino que facilita el acceso a lo que necesitas sin tener que desordenar todo.
Es importante llevar solo lo necesario y dejar de lado aquello que es posible que no se utilice. Para ello, lo recomendable es hacer una lista de lo esencial y adaptarla de acuerdo con las actividades que se realizarán. Por ejemplo, en un clima templado no se requiere de tantas prendas, así que se debe priorizar lo que brinde flexibilidad.
Ropa para clima templado
Precisamente cuando se trata de clima templado, el mejor truco a la hora de empacar la maleta y ganar espacio es llevar ropa ligera y versátil. Es aconsejable optar por camisetas de algodón o materiales sintéticos de secado rápido, que son livianas y fáciles de empacar. Las blusas de manga larga también funcionan bien.
En cuanto a suéteres, esta prenda debe ser de un material suave o una chaqueta de punto que no ocupe mucho espacio. Si el clima es un poco más frío por la noche, esta prenda será útil. Otra chaqueta es la impermeable o cortavientos, idealmente que sea plegable para ahorrar espacio.
Los pantalones deben ser de materiales livianos. Los pantalones de tela delgada como algodón o lino son cómodos y frescos, además de que ayudan a ahorrar espacio, lo que también ocurre con los de tela elástica. Así mismo, un vestido o una falda sencilla y cómoda puede servir tanto para el día como para la noche y ocupa poco espacio.
Beneficios de usar prendas ligeras
Entre los muchos beneficios que tiene llevar ropa ligera a un destino de clima templado está la comodidad. Este tipo de prendas permite que la piel respire y que el aire circule alrededor del cuerpo, lo que ayuda a sentirse más cómodo cuando las temperaturas no son ni demasiado frías ni excesivamente calurosas.
Aunque el clima templado no es extremadamente caluroso, las prendas ligeras ayudan a mantener el cuerpo a una temperatura cómoda. Esto permite no estar abrigado en exceso ni sudando debido al uso de ropa pesada.
A esto se suma que en este tipo de climas, las temperaturas fluctúan a lo largo del día. La ropa ligera permite adaptarse mejor a estos cambios, ya que es más fácil agregar o quitar capas, de acuerdo con las necesidades que se tengan para sentirse cómodo.
Por último, este tipo de prendas suelen ser más flexibles y menos restrictivas, lo que le permite al usuario moverse con mayor libertad y tranquilidad. Esto es especialmente útil para actividades al aire libre o si la persona requiere estar mucho tiempo de pie o caminando.
*Este artículo fue creado con ayuda de una inteligencia artificial que utiliza machine learning para producir texto similar al humano, y curado por un periodista especializado de Semana.