En todas las regiones del país hay pueblos con una amplia oferta no solo turística, sino cultural e histórica, y Curití no es la excepción. Esta población de Santander hace parte del programa ‘Pueblos que enamoran’, de Fontur, el cual busca visibilizar y potenciar a los destinos que tienen características especiales y únicas, pero que no han sido protagonistas en la agenda turística nacional.
Es una pequeña población del Cañón del Chicamocha, con una importante riqueza en biodiversidad, costumbres ancestrales, cultura y tradición. Es conocido por sus habitantes como “la tierra de las brumas y los atardeceres”. Es un lugar lleno de naturaleza y está bañado de ríos y quebradas.
Su historia se refleja en lindas construcciones coloniales, en donde destacan las calles y su templo municipal, que fue el primero construido por los indios y transformado en 1670 y 1945, manteniendo en la actualidad toda su área frontal y su altar.
Este es un destino reconocido por las artesanías, ya que gracias a que allí se produce la planta de fique, con este material se elaboran los famosos bolsos que son comercializados tanto nacional como internacionalmente.
¿Qué hacer en Curití?
Este municipio se ha convertido en uno de los destinos insignias de Santander, sus condiciones climáticas y naturaleza ofrecen a sus visitantes oportunidades únicas para realizar actividades en agua, bajo tierra, y en el aire.
Cueva de la vaca: Uno de los principales y particulares atractivos es la Cueva de la vaca, que está ubicado a cinco minutos del casco urbano. Allí los visitantes tienen la posibilidad de practicar la espeleología. Es un lugar subterráneo con un recorrido de dos kilómetros y descenso vertical de cuatro metros en lazo o escalera. Al bajar, los aventureros se encuentran con un laberinto muy húmedo y con gran cantidad de actividades por realizar en su interior. En este destino los viajeros deben estar dispuestos a arrastrarse, gatear, nadar y sumergirse si quieren disfrutar al máximo su imponente belleza.
Cueva del yeso: Otra opción para los amantes de la aventura es la Cueva del yeso. En este caso se trata de una caverna totalmente seca, que queda a unos 10 minutos del pueblo y su recorrido interior dura dos horas. Para disfrutar de esta maravilla natural, las personas deben descender desde un lazo por cinco metros en caída libre. Una vez haya tocado tierra podrá apreciar formaciones rocosas milenarias y otras maravillas. Al interior está tallada en yeso la Virgen de la Caverna.
Caverna del Carmen: Este lugar permite el ingreso a pie por un recorrido que se extiende hasta 400 metros en 30 minutos. En su interior, los turistas tienen la posibilidad de observar máscaras naturales en algunas paredes de su cavidad.
Balneario Pescaderito: Por último, un viajero que visite Curití no puede dejar de conocer el balneario Pescaderito, un sitio natural reconocido por sus aguas claras y tranquilas, ideal para el descanso. Está muy cerca del casco urbano.