Norte de Santander es uno de los departamentos en el que los viajeros pueden encontrar diversidad de atractivos turísticos para conocer y disfrutar. Se dice que ofrece una gran variedad de climas que van desde los 30 grados de sus valles hasta los tres de sus páramos.
Es una región con una amplia hidrografía, representada por los ríos Magdalena, Catatumbo y Orinoco, que tienen su origen en los páramos, y que, a su vez, son el nacimiento de las reservas naturales que tienen en este departamento un ingrediente adicional, la formación rocosa, precisa el portal Viajar por Colombia.
Normalmente, las personas suelen visitar Cúcuta, que es la capital del departamento y en donde se tiene la posibilidad de conocer y realizar diversos planes. Sin embargo, hay otras ciudades que resultan muy atractivas y que vale la pena conocer en esta zona del país. Por ejemplo, Ocaña, es uno de esos lugares imperdibles, pues tiene una variada oferta turística.
Este municipio está ubicado sobre la cordillera oriental, tiene una extensión es de 460 kilómetros cuadrados, una temperatura promedio es de 22 grados centígrados y está a unos 218 kilómetros de distancia de Cúcuta. Allí es posible llegar por tierra, desde la vía que comunica a Ocaña con Bucaramanga y la Costa Atlántica o con Cúcuta, además de carreteras secundarias que la comunican con los diferentes municipios de la región.
Tiene diversidad de atractivos, algunos de los cuales son de Bienes de Interés Cultural (BIC) de carácter nacional, departamental y municipal. Uno de ellos es el Monumento Columna de la Libertad de los Esclavos, que tiene un interés histórico, con aspecto arquitectónico y está formada por cinco anillos concéntricos que simbolizan los cinco países bolivarianos libertados por Bolívar. Este atractivo está ubicado en la Plaza 29 de Mayo y fue declarado como BIC, de carácter nacional.
Otros atractivos
Una opción más para conocer en esta agradable ciudad es el Complejo Histórico de la Gran Convención, que es el lugar en donde se realizan los eventos del municipio y destaca por las construcciones coloniales que lo rodean, como el templo de San Francisco.
Según los datos históricos, la construcción de esta iglesia comenzó en 1854 como convento de la orden franciscana, para luego convertirse en un centro educativo para los indígenas. Allí los viajeros tienen la posibilidad de tomarse fotografías debido a su importancia histórica, además de tener un espacio tranquilo para compartir, ya sea con la familia o con amigos.
Así mismo, en un viaje a esta ciudad es posible conocer la emblemática estatua del Cristo Rey, una figura de bronce, que mide 12 metros, aproximadamente. En la misma zona se encuentra un mirador en el que se pueden observar lindos paisajes.
Otro lugar imperdible es el Museo Antón García de Bonilla, construido con un estilo colonial, en donde se pueden apreciar varias salas de exposición que muestran objetos antiguos, escritos, reliquias, arte religioso y piezas arqueológicas.
Por último, pero no menos importante está el parque Los Estoraques, un destino natural, ubicado a 28 kilómetros del casco urbano, en donde se aprecian paisajes compuestos por enormes rocas, que se formaron con el viento y el sol hace miles de años. Es un lugar para no perderse y conocer de su magia e historia.