El Quindío es uno de los departamentos más pequeños de Colombia, pero su tamaño contrasta con la larga lista de recursos naturales y de atractivos turísticos que motivan que los viajeros quieran llegar allí para conocer de cerca toda esa riqueza.
Es un lugar admirado por los turistas que llegan no solo del país, sino quienes provienen del exterior y valoran cada una de las ofertas que allí se tienen. Incluida Armenia, la capital, el Quindío está conformado por 12 municipios; la mayoría de ellos de tamaño no muy grande, pero cada uno con unos encantos que resultan imperdibles cuando se realiza un viaje por el Eje Cafetero.
El más grande de estos municipios y, a la vez, el más antiguo es Salento. Con el paso de los años este pueblo se ha convertido en uno de destino más visitados del Paisaje Cultural Cafetero y está ubicado a solo 25 kilómetros de Armenia. Es conocido como “el padre del departamento”.
Su historia republicana comenzó con su fundación en 1842, unos años después de que Simón Bolívar, en su recorrido por el camino del Quindío, decretara la ampliación del mismo y de los poblados que lo unían. Hoy es reconocido como uno de los pueblos más lindos no solo de esa región, sino del país.
Información de la Alcaldía de Salento indica que tiene una superficie de 377.67 kilómetros cuadrados en donde existen más de 3.000 afluentes hídricos que abastecen a casi 400.000 habitantes de Armenia, Circasia, Tebaida y Salento.
De igual forma, es un territorio rico en población de aves con cerca de 300 especies; además de diferentes palmas de cera, una de ellas reconocida como “árbol nacional de Colombia”; más de 3.000 especies de plantas, algunas de ellas aun sin identificar y más de 35 especies de mamíferos. Estos datos evidencian la gran biodiversidad que hay en este municipio y de la cual los viajeros pueden disfrutar con la práctica de diversas actividades.
Atractivos de Salento para no perderse
Dar un paseo por el pueblo y apreciar su arquitectura colonial es uno de los planes que todos los turistas deberían hacer. El parque principal está enmarcado por casas típicas, con colores vivos, en las que funcionan la Alcaldía, los despachos municipales, cafés, restaurantes y comercio en general. A un costado se impone el templo Nuestra Señora del Carmen, y en el centro, entre bancas y jardines, la estatua de Simón Bolívar, precisa información de Gobernación de Quindío.
Caminar por la Calle Real debe ser parte de la travesía. Se dice que esta es la calle mejor conservada en donde confluyen el mercado artesanal, restaurantes, cafés y hostales que con sus productos y servicios constituyen el alma comercial de este pueblo. Se le llama calle Real porque allí vivían las personas más ricas e influyentes.
Otro destino es el Ecoparque El Mirador, punto obligado de visita porque desde allí se observa el Valle de Cocora. La estructura, en forma de balcón, está construida en guadua y desde ese lugar parte un corto sendero que une al mirador con el Alto de la Cruz, que ofrece una gran panorámica del pueblo.
Y, sin duda, uno de los lugares que no se puede dejar de visitar si se está en Salento es el Valle del Cocora, una reserva natural que constituye uno de los escenarios más representativos del Quindío. Está localizada a 10 kilómetros, al norte del pueblo y comprende alturas que van desde los 1.800 hasta los 2.400 metros sobre el nivel del mar, presentando al mismo tiempo variaciones ambientales de clima medio y frío. La temperatura baja, aún más, cuando por esta ruta se accede al Parque Nacional Natural Los Nevados.
La gastronomía de este municipio y conocer la cultura cafetera y los procesos que hay alrededor de este grano complementan una estadía en ese lugar.