Curazao es el hogar de más de 35 playas de ensueño, un patrimonio diverso que abarca 55 culturas diferentes, incluidas la holandesa, la española y la portuguesa, transmitiendo una energía de “vive y deja vivir” y una impresionante arquitectura europea.

Esta hermosa isla, que se encuentra en los límites exteriores del cinturón de huracanes. sigue siendo un escape tropical inigualable en el sur del Caribe, clasificada por viajeros de diferentes nacionalidades como una de las “mejores islas de la región”. La belleza natural de Curazao, los sitios de buceo de clase mundial, las playas vírgenes y el clima idílico han sido claves para recibir varios más elogios y un gran reconocimiento.

Su ciudad capital, Willemstad, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, presenta el icónico y colorido telón de fondo de Handelskade, el vibrante arte callejero y una creciente oferta de boutiques, restaurantes al aire libre y cafés de moda, solo por nombrar algunas de las muchas razones por las que Curazao se ha constituido en una de las islas más excepcionales de la región.

La historia detrás de las casitas de colores de Curazao

En diálogo con SEMANA, Hugo Clarinda, director de la Oficina de Turismo de Curazao, recordó el origen de esta particular tradición de la isla que la convierte en un destino único, afirmando que “Curazao es muy conocido por esas casas de colores”.

Puente flotante en Willemstad, Curazao. | Foto: Getty

Según contó Clarinda, las casas de colores de Curazao rememoran su historia holandesa, hace muchos años atrás, “exactamente en el tiempo colonial. Había un gobernador holandés en la isla y él dio orden para que todas las casas se pintaran de colores argumentando que si eran blancas entonces le daba dolor de cabeza por el reflejo del sol”.

“Desde aquel entonces las casas son pintadas de varios colores”, agregó el director de la Oficina de Turismo de Curazao. No obstante, señaló que más tarde trascendió que había algo más detrás de esta tradición de pintar las casas de colores, un argumento que iba más allá del dolor de cabeza que le podía causar al gobernador el reflejo del sol con las fachadas blancas.

“Después mucha gente se dio cuenta de que él era dueño de una fábrica de pinturas y probablemente no era dolor de cabeza que le daba, sino que era para ganar de la venta de pintura, por eso dio la orden para pintar las casas. Esa es la historia de las casas coloridas que hay en Curazao”, comentó.

Casas frente al mar de Willemstad | Foto: Getty Images/iStockphoto

Posteriormente, Hugo Clarinda mencionó que hoy en día se mantiene esta tradición porque es algo muy cultural y porque muchas de esas casas, en el centro de la ciudad, son muy antiguas, “son monumentos. Algunos de 100, 200 y más años que los construyeron y hay que mantenerlos en su forma original”, pues son parte de la esencia de la isla.

Por último, sobre las razones para visitar este encantador destino, el director de la Oficina de Turismo de Curazao destacó que la isla tiene mucho que ofrecer. “La primera razón por la que muchos turistas visitan Curazao es por sus playas de arena blanca y agua cristalina, un mar azul muy claro turquesa, y el clima. Tenemos todo el año una temperatura de alrededor de 30°C. Estos son los atractivos principales”.

Adicionalmente, explicó que “Curazao tiene muchas atracciones también que uno puede visitar cuando va a la Isla y tenemos una gastronomía muy amplia también. Hay todo tipo de comida porque somos un país de muchas culturas”.

Del mismo modo, aseguró que hay planes “para todos los bolsillos. Se encuentran desde hoteles baratos hasta otros más costosos. Existe la opción de alquilar un apartamento o una casa, hay muchas posibilidades de hospedaje para familias, parejas y eso da muchas ventajas de poder disfrutar mejor”.