Las medidas de seguridad en los aeropuertos se han intensificado con el paso de los años y más después de lo sucedido el 11 de septiembre de 2001, cuando terroristas estrellaron dos aviones contra las torres gemelas del World Trade Center en la Ciudad de Nueva York, y uno contra el Pentágono en Washington, D.C. Otro más se estrelló en Pennsylvania.
El personal de seguridad de las terminales aéreas trabaja para garantizar la seguridad de los viajeros, el personal de tierra, el público y las instalaciones, así como evitar que en las aeronaves se introduzcan armas, explosivos o sustancias peligrosas que puedan utilizarse para cometer lo que en la aviación se conoce como actos de interferencia ilícita.
También se cuida de que los viajeros transporten algún tipo de sustancia prohibida que se lleva a otro país para ser comercializada de manera ilegal, por lo que las medidas para evitar que estas cosas sucedan son comunes en todos los aeropuertos y si bien dependiendo del país o la región, unas pueden ser más estrictas que otras, lo cierto es que la policía y el personal de seguridad siempre implementan estrategias para cumplir de la mejor forma con su deber.
Información de la página Seguri Latam, indica que los planes de seguridad de los aeropuertos se basan en normas y estándares de operación internacionales. La Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) es la encargada de determinar las normas de actuación para la seguridad de las operaciones de los aeropuertos, de tal modo que los procesos generales de control de accesos que se observan en todas las terminales del mundo son prácticamente universales.
El personal de seguridad en los aeropuertos recurre a diferentes técnicas para tratar de identificar a personas que puedan resultar “sospechosas”, pues hay pautas de comportamiento que activan la atención de quienes velan por la protección no solo en el aeropuerto, sino en los vuelos.
Actitudes “sospechosas”
Por ejemplo, llaman la atención aquellas personas que suelen ir muchas veces al baño, sudan en exceso, miran de forma penetrante e incluso cuando se viaja solo es más fácil caer en la “mira” de la policía.
También es posible que los agentes seleccionen a pasajeros que muestren rabia o ansiedad al responder algunas preguntas. Personas con cara nerviosa o que, por ejemplo, tengan los labios apretados o los ojos irritados, también podrían llamar la atención. De igual forma, aquellos rostros con signos de depresión.
Según un artículo dado a conocer en la revista Time Out, la Administración de Seguridad en el Transporte (TSA) identifica también otras señales. Por ejemplo, el comportamiento excesivamente amigable. Cuando una persona intenta iniciar conversaciones prolongadas con los agentes, puede ser vista con la intención de distraer o desarmar.
Por otro lado, el comportamiento agresivo también causa sospechas; incluso si esto se presenta en situaciones de frustración comprensible, como vuelos cancelados o retrasados, por lo que una de las recomendaciones ante posibles dificultades es mantener la calma.
Otro signo que puede captar la atención de los agentes es la ropa. Cuando una persona usa prendas demasiado holgadas o que no estén acorde con la estación del año, despierta “alarmas”.
Así las cosas, al iniciar un viaje en el que se debe ir a un aeropuerto, es determinante tener claro que se está expuesto a diversas formas de controles de seguridad, que no solo lo beneficiarán a la persona, sino a todos los que están alrededor.