Este año, en el marco de la conmemoración del Día Mundial del Turismo, el pasado 27 de septiembre, la paz se convirtió en la protagonista de la celebración como un importante pilar para la construcción de una industria turística próspera y sostenible.
Con esta iniciativa, Colombia busca promocionar atractivos olvidados y marcados por el conflicto que ahora, después de varios años de guerra, florecen con el progreso de las comunidades y la mejora de infraestructura de cada uno de estos, siendo un aporte fundamental a las economías locales.
Para ello, el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo (MinCIT) ha desarrollado diferentes estrategias, entre ellas el cambio de la narrativa de marca país por ‘Colombia, el país de la belleza’. Adicionalmente, se realizó una inversión de $ 28.000 millones para fortalecer el turismo como motor de desarrollo en las regiones y territorios apartados, promoviendo el ‘turismo de paz’, según destaca el Fondo Nacional de Turismo (Fontur).
De esta manera, el ‘turismo de paz’ extiende la invitación a visitar territorios históricamente olvidados para hacer turismo responsable liderado por víctimas del conflicto, excombatientes de grupos armados, y comunidades campesinas y étnicas, que le han apostado este sector para cambiar su rumbo de manera positiva y alentadora.
Destinos recomendados para hacer turismo de paz en Colombia
Con el sello ‘Colombia: destinos de paz’, MinCIT invita a construir la ‘paz total’ desde el turismo en territorios como:
Chalán, Sucre
En este destino se puede realizar la ruta de la resistencia chalanera a través de un recorrido urbano que resalta el vibrante muralismo, la auténtica arquitectura propia de la región y los fascinantes relatos de su historia local.
Esta experiencia sirve para acercarse a las tradiciones, costumbres y exquisita gastronomía de la zona, descubriendo otros sitios de interés como cerro mirador El Espejo, donde es posible deleitarte con una panorámica impresionante de Sucre y la exuberante belleza del bosque seco tropical de los Montes de María.
Medellín, Antioquia
Con la iniciativa denominada del barrio a la montaña, se busca ir hasta la parte más alta de la comuna 8 mientras se observa la transformación comunitaria de este territorio, centrada en la sostenibilidad a través de la siembra y una planeación más consciente del territorio.
Esta ruta comienza en la estación San José del tranvía, donde se habla de los sistemas de transporte de la ciudad, especialmente del viejo y el nuevo tranvía. Luego continúa por el barrio Buenos Aires hasta la estación Miraflores, desde donde se realiza transferencia a la línea M del Metrocable, conectando los barrios ubicados en las zonas más altas, explica el portal Turismo a tiempo.
La Montañita, Caquetá
Este territorio rural se caracteriza por una compleja geografía con contrastes entre una zona montañosa conectada con la cordillera oriental. Allí, se puede hacer el recorrido por la Nueva Colombia explorando senderos agroturísticos, de hidrología y memoria, en una población que es considerada museo a cielo abierto y espacio de reconciliación entre quienes vivieron el conflicto armado interno, señala el Ministerio de Justicia y del Derecho.
Valle del Guamuez, Putumayo
Con la ruta de la memoria, este destino busca compartir sus valores con la difusión de hechos históricos que fomenten la reflexión en los visitantes. La experiencia inicia en el puente de la memoria del Tigre, pasando por el río San Miguel y el Museo de la Memoria, lugares que en el pasado fueron epicentro del conflicto armado interno y que hoy son espacios de memoria y paz.
Tome, Arauca; Pereira, Risaralda; Viotá, Cundinamarca; y Buenaventura, Valle del Cauca, son otros destinos ideales para hacer ‘turismo de paz’ en Colombia.