Los cruceros se han consolidado como una de las opciones de viaje más populares, especialmente entre aquellos que buscan combinar el lujo, la relajación y la aventura en un solo paquete. A bordo de estas modernas embarcaciones, los pasajeros tienen acceso a una amplia variedad de servicios diseñados para hacer de su experiencia algo inolvidable: desde restaurantes de alta cocina hasta spas de lujo, donde se ofrecen tratamientos de bienestar, incluyendo saunas, jacuzzis y baños de vapor.
Sin embargo, a pesar de los beneficios que el uso de estas instalaciones puede aportar, existen circunstancias particulares del entorno de un crucero que pueden hacer que no siempre sea una opción recomendable, especialmente cuando se trata del sauna.
Aunque el sauna es conocido por sus múltiples beneficios para la salud, como la mejora de la circulación sanguínea y la reducción del estrés, utilizarlo mientras se está de viaje en un crucero no siempre es lo más adecuado.
En estos contextos, factores como el movimiento del barco, el clima cambiante y las condiciones de salud de los pasajeros deben ser tenidos en cuenta. A bordo de un barco, el entorno no es el mismo que en un spa en tierra firme, y las particularidades del medio ambiente marino pueden presentar ciertos riesgos que contrarresten los posibles beneficios del sauna.
1. Condiciones ambientales inestables
Uno de los aspectos más importantes que debe tener en cuenta al abordar un crucero es que las condiciones del mar pueden variar enormemente dependiendo del clima, la estación del año y la ubicación geográfica. Los mares pueden volverse agitados, especialmente si se navega en zonas conocidas por su clima impredecible o si se atraviesa una tormenta.
En estos casos, el movimiento del barco puede generar mareos y malestar a los pasajeros, lo cual puede verse intensificado si se combina con el calor y la alta humedad de un sauna.
El calor intenso dentro del sauna puede hacer que el cuerpo se sobrecaliente más rápidamente y, combinado con el efecto del movimiento del barco, podría provocar mareos y sensación de desorientación.
2. Riesgos asociados con el uso del sauna en un entorno cerrado
En los spas y centros de bienestar de los cruceros, el sauna generalmente se encuentra en un área cerrada y ventilada, pero la calidad del aire en estos espacios no siempre es óptima. A bordo de un barco, el sistema de ventilación y aire acondicionado puede verse afectado por la constante operación del barco y las condiciones de humedad.
El aire en los saunas puede volverse más denso y menos fresco, lo que puede crear una sensación incómoda y potencialmente peligrosa para algunas personas, particularmente aquellas con problemas respiratorios.
3. El riesgo de contagio de infecciones
Las instalaciones del spa en los cruceros suelen estar muy concurridas, y esto incluye el uso de saunas y otras áreas de relajación. Aunque los saunas se mantienen generalmente limpios, la alta concentración de personas en espacios reducidos aumenta el riesgo de transmisión de bacterias y virus, especialmente cuando el sistema de ventilación no es el adecuado.
A bordo de un crucero, donde los pasajeros provienen de diversas partes del mundo y pueden estar expuestos a diferentes patógenos, la probabilidad de contraer infecciones respiratorias o dermatológicas aumenta si se comparte el sauna con otras personas.
El calor y la humedad del sauna son ambientes ideales para la proliferación de bacterias y hongos, lo que puede resultar en infecciones de la piel o problemas respiratorios. Los pasajeros con piel sensible o aquellos que están más vulnerables a infecciones podrían experimentar brotes de irritaciones cutáneas, hongos en los pies o infecciones respiratorias debido a la exposición a estos entornos.
*Este artículo fue creado con ayuda de una inteligencia artificial que utiliza machine learning para producir texto similar al humano, y curado por un periodista especializado de Semana.