Las vacaciones en la playa son una de las escapadas más deseadas por las familias, especialmente para aquellos con niños pequeños. El sol, el mar y la arena brindan un escenario ideal para disfrutar en familia, pero cuando se viaja con niños pequeños, es esencial planificar actividades que sean tanto seguras como entretenidas.

Afortunadamente, la playa ofrece una amplia variedad de posibilidades que no solo capturan la imaginación de los más pequeños, sino que les permiten desarrollar habilidades físicas, sociales y cognitivas en un entorno natural y relajado.

Estos son algunos de los planes que puede llevar a cabo en la playa si viaja con niños. | Foto: Getty Images

Aunque muchas veces se asocia la playa con la simple relajación al sol, hay muchísimas actividades que pueden hacer que los niños se mantengan activos y felices mientras aprenden y exploran el mundo que los rodea. Desde juegos sencillos en la arena hasta descubrimientos sobre la fauna marina, la playa ofrece un sinfín de experiencias educativas que pueden cautivar la atención de los niños, ayudándoles a conectar con la naturaleza y a disfrutar de momentos inolvidables con la familia.

Sin embargo, es importante tener en cuenta las características y necesidades de los niños más pequeños, adaptando las actividades a su nivel de desarrollo y a su seguridad.

1. Construcción de castillos de arena

Una de las actividades más clásicas y queridas por los niños en la playa es la construcción de castillos de arena. Este sencillo y divertido juego les permite a los niños liberar su creatividad mientras desarrollan habilidades motoras finas. Los niños pueden usar cubos, palas y otros utensilios plásticos para crear castillos, torres y murallas.

Incluso los más pequeños, que aún no tienen la habilidad de crear figuras detalladas, pueden disfrutar simplemente verter agua y arena en moldes o formar montículos. Además, este tipo de actividades favorece la interacción entre padres e hijos, creando momentos de colaboración y diversión en familia.

Jugar con arena puede resultar divertido para los niños que disfrutan la playa. | Foto: Getty Images

2. Juegos de pelota

Lanzar una pelota a la orilla o hacer pases con los niños pequeños es una actividad muy divertida y segura que se puede disfrutar en la playa. Existen pelotas especialmente diseñadas para jugar en la arena, que son suaves y fáciles de manejar. Los niños pueden aprender a atrapar, patear y lanzar la pelota, desarrollando su coordinación y habilidades motoras gruesas.

Si el niño es aún muy pequeño, los padres pueden lanzar la pelota a poca distancia y animar a que el niño intente alcanzarla, favoreciendo su movilidad y proporcionándole un excelente ejercicio físico.

3. Jugar con el agua (seguridad ante todo)

La playa ofrece una excelente oportunidad para que los niños pequeños jueguen con el agua del mar, siempre bajo la supervisión de un adulto. Los niños pueden disfrutar el agua poco profunda, donde pueden chapotear, salpicar y correr por la orilla. Es importante asegurarse de que el nivel del agua no supere la cintura de los niños pequeños y siempre mantener un ojo vigilante.

Es recomendable usar dispositivos de flotación como manguitos o chalecos salvavidas para garantizar la seguridad del niño en todo momento. Algunos padres también optan por llevar a los niños a zonas donde el agua sea más tranquila, como las bahías protegidas, para que puedan disfrutar una experiencia acuática más relajada y segura.

Es importante realizar actividades divertidas con los más pequeños para que disfruten su visita a la playa. | Foto: Getty Images

4. Carreras y juegos de velocidad en la arena

La arena es un excelente espacio para que los niños corran y se diviertan sin los peligros de las calles. Las carreras de velocidad en la arena son una actividad que encanta a los más pequeños y no requieren más que un poco de espacio y energía. Los padres pueden organizar pequeñas competencias en las que los niños corran hasta una meta determinada.

Además de ser una actividad física que favorece el desarrollo motor, también es una forma excelente de quemar energía y mantener a los niños activos y entretenidos. Si los niños aún no corren con gran agilidad, se pueden realizar caminatas en las que tengan que seguir un recorrido en la arena, promoviendo la coordinación y el juego grupal.

*Este artículo fue creado con ayuda de una inteligencia artificial que utiliza machine learning para producir texto similar al humano, y curado por un periodista especializado de Semana.