Un viaje a París es una experiencia sensorial inolvidable, donde la gastronomía ocupa un lugar protagónico. La capital francesa no solo es famosa por su arquitectura icónica y su rica historia cultural, sino también por su deliciosa cocina. En cada esquina de la ciudad se pueden encontrar restaurantes, cafés y boulangeries que ofrecen una amplia variedad de platos tradicionales.

Aquellos que visitan París por primera vez deben aprovechar la oportunidad para degustar algunos de los platos más representativos de la cocina francesa, los cuales reflejan su historia, técnicas culinarias y una profunda pasión por los ingredientes frescos.

Cinco platos típicos que se pueden probar en París:

Croissants

Es imposible pensar en la gastronomía francesa sin imaginarse un croissant dorado y crujiente. Aunque este tipo de hojaldre se puede encontrar en muchos países del mundo, su versión más auténtica y sabrosa se encuentra en las boulangeries parisinas.

Los croissants en París se caracterizan por su textura ligera, con capas finas y esponjosas en el interior, que se deshacen en la boca con cada mordida. Es común acompañarlos con una taza de café, o incluso con mermelada o mantequilla. Este desayuno clásico francés es ideal para empezar el día mientras se recorre la ciudad.

Croissant en París. | Foto: GETTY IMAGES

Escargots

Otro plato emblemático de la cocina francesa que no puede faltar en la lista de un turista aventurero son los famosos escargots. Aunque para algunos puede sonar exótico, en París es un manjar refinado que se sirve con frecuencia como entrada en los restaurantes más tradicionales.

Los caracoles se preparan generalmente con una mezcla de mantequilla, ajo y perejil, lo que les otorga un sabor suave, pero lleno de carácter. Servidos en su concha, los escargots son una delicia que permite al viajero sumergirse en una de las tradiciones más longevas y peculiares de la gastronomía francesa.

Boeuf bourguignon

El boeuf bourguignon es un guiso tradicional de la región de Borgoña que ha ganado fama en toda Francia, y en París es un plato que no debe dejarse de probar. Este plato se elabora cocinando lentamente carne de res en vino tinto, junto con zanahorias, cebollas, champiñones y panceta.

El resultado es una carne tierna que se deshace en la boca y un caldo robusto lleno de sabores profundos y ricos. El boeuf bourguignon es perfecto para aquellos que desean una comida reconfortante después de un día de exploración por las calles parisinas. Se suele acompañar con papas o pan fresco, lo que permite disfrutar al máximo del delicioso caldo.

Joven mirando el atardecer desde el balcón con la Torre Eiffel al fondo, París, Francia | Foto: Alexandr Spatari

Quiche lorraine

Otro clásico que se puede encontrar en muchas panaderías y cafeterías parisinas es la quiche lorraine. Esta tarta salada es originaria de la región de Lorena, pero ha sido adoptada en todo el país. La versión tradicional está hecha con una base de masa quebrada rellena de una mezcla de crema, huevos, queso y panceta.

Sin embargo, en París se pueden encontrar versiones con otros ingredientes, como espinacas, champiñones o salmón. La quiche lorraine es ideal tanto para un almuerzo ligero como para una comida rápida entre visitas a los monumentos más famosos de la ciudad.

Crêpes

Las crêpes son una de las especialidades más conocidas de Francia y un símbolo gastronómico de París. Pueden encontrarse en prácticamente cualquier rincón de la ciudad, desde pequeños puestos callejeros hasta elegantes restaurantes.

Son versátiles y pueden disfrutarse tanto en su versión dulce como salada. Las saladas, conocidas como galettes, están hechas con harina de trigo sarraceno y suelen rellenarse con queso, jamón, huevo o vegetales. Por otro lado, las versiones dulces se rellenan con chocolate, azúcar, mermelada o frutas. Una crêpe caliente, recién hecha, es el acompañamiento perfecto para pasear por las calles parisinas.

Esta receta puede variar en dulce y sal. | Foto: Getty Images

Estos cinco platos son solo una pequeña muestra de la rica herencia culinaria que París tiene para ofrecer, pero representan perfectamente la esencia y el arte de la gastronomía francesa.