Uno de los destinos favoritos para los bogotanos es Villa de Leyva. Este municipio boyacense recibe cada fin de semana a centenares de capitalinos, quienes suelen llegar bien sea en vehículo propio o bus. Dentro de sus atractivos destacan su arquitectura colonial y un amplio listado de planes disponibles para los turistas.
Villa de Leyva queda solo a 3 horas de Bogotá, de manera que es un viaje que puede hacerse en un día (ida y vuelta). Sin embargo, vale la pena explorar otros pueblos que quedan en el camino y que también tienen una belleza particular.
Dependiendo de la ruta, los viajeros pueden hacer paradas en diversas poblaciones que no son tan conocidas, pero albergan una rica historia, así como la oportunidad de adquirir productos propios de la región.
Estas son algunas opciones para llegar de Bogotá hasta Villa de Leyva por tierra. En el trayecto destacan algunos pueblos en los que, sin duda, vale la pena hacer una parada.
Por la autopista Bogotá - Tunja
Es la ruta más popular debido a que también es la más rápida. La travesía comienza por la salida norte de Bogotá, continúa por el sector La Caro y sigue hasta Tocancipá. La ruta conecta a los departamentos de Cundinamarca con Boyacá.
Usualmente, la primera parada acostumbra ser Ventaquemada, donde es prácticamente ‘obligatorio’ detenerse y disfrutar de una aguapanela con queso y cuajada. Aunque este punto no es el único con atractivos. Por ejemplo, en Villapinzón, último municipio cundinamarqués antes de entrar a Boyacá, está el mirador de la Princesa Muisca, un escenario perfecto para admirar el paisaje y conseguir fotos de ensueño.
La ruta sigue hacia otro punto bastante popular: el Puente de Boyacá. Este escenario está lleno de historia y, en efecto, supone otra parada clásica en la travesía.
Tras pasar el puente, los viajeros tienen dos opciones. La más común es tomar el retorno y desviar hacia Samacá, pueblo vecino a Villa de Leyva y el cual conecta con la ruta principal.
La segunda alternativa es continuar hasta Tunja y luego tomar la vía hacia Cucaita. No obstante, el paso por la capital boyacense puede incluir una que otra demora debido al tráfico y los semáforos. Aun así, esta opción facilita el ingreso a dos municipios que, pese a no ser tan populares, son muy llamativos.
Casi a mitad de trayecto entre Tunja y Villa de Leyva está Cucaita, en cuyo parque principal yace la escultura en honor al ciclista Rafael Antonio Niño, destacado pedalista de la década de los 70. Cerca de este pueblo -a solo 15 minutos- está Sora, otra joya escondida de Boyacá donde predominan las estructuras coloniales.
Finalmente, el último pueblo que se encuentra antes de tomar el desvío hacia Villa de Leyva, cuando se viene desde Bogotá, es Sáchica. Este municipio, al igual que sus vecinos, tiene un predominio de la arquitectura colonial. A su vez, presenta una geografía y clima similares a los de la villa.
Ruta Ubaté-Chiquinquirá-Sutamarchán
Otra opción para llegar a Villa de Leyva desde Bogotá involucra una vuelta un poco más larga. Según Google Maps, el trayecto puede tomar hasta 3 horas y 40 minutos.
El recorrido inicia con la ruta Bogotá-Zipaquirá, luego, desvía hacia Ubaté, la capital lechera de Colombia. En caso de contar con tiempo, vale la pena hacer múltiples paradas y realizar las actividades que ofrece cada municipio, por ejemplo, visitar los farallones de Sutatausa o visitar Cucunubá, un pueblo con arquitectura colonial poco conocido y de gran belleza.
El recorrido continúa por Susa hasta llegar a Chiquinquirá. La vía conecta con Ráquira, pueblo conocido por sus artesanías, Tinjacá y Sutamarchán, la capital de la longaniza.
Si bien Villa de Leyva es el destino principal, la belleza y riqueza cultural que ofrecen los municipios aledaños también son dignos de admirar. Por esta razón, vale la pena aprovechar estas ‘escapadas’ para conocer más del territorio colombiano.