La flor de loto, también conocida en algunos lugares como la flor de buda, loto sagrado, loto indio o rosa del Nilo, es una planta acuática famosa por la longevidad de sus semillas, que se ha convertido en uno de los principales refugios para la fauna colombiana.
Generalmente, se encuentra en lagos y estanques de agua dulce y desde hace siglos se le denomina como sagrada porque se asocia con la resurrección, el nacimiento mismo de los dioses y la sabiduría, en gran parte por su increíble belleza y su particular capacidad de adaptación a diferentes entornos y condiciones climáticas.
Sus hojas flotantes y semiovaladas pueden llegar a medir más de 80 centímetros de diámetro y sus características flores de pétalos cóncavos alcanzan hasta los 23 cm de diámetro, explica el sitio Consumer.
Además del escenario colorido y atrayente que brinda la flor de loto con sus características, se destaca por jugar un papel fundamental en la vida de muchas especies animales, entre ellos algunos insectos como las libélulas y las mariposas, también para aves como los patos y las garzas, y hasta anfibios como la rana arborícola colombiana.
También ofrecen resguardo y alimento a numerosos insectos acuáticos y peces pequeños, cuyo ciclo vital depende en gran parte del ecosistema que brinda esta flor, contribuyendo a la biodiversidad del país, ya que también tiene la capacidad de purificar el agua en la que crece.
Dicho fenómeno se debe a la estructura especial de sus hojas, que cuentan con minúsculas protuberancias que repelen el agua y atrapan las impurezas. Al absorber el líquido a través de sus raíces y liberar oxígeno a través de sus hojas, la flor de loto contribuye a mantener un equilibrio saludable en los ecosistemas acuáticos, eliminando toxinas y mejorando la calidad del agua, explica el mismo sitio.
Reserva natural Victoria Regia
Apreciar la majestuosidad de esta flor en su máximo esplendor es posible en esta reserva, donde se encuentran los lotos más grandes del Amazonas, con varios senderos para recorrer la selva, disfrutar la flora y fauna propia de la Amazonia colombiana.
Por esta razón, hace parte de esos destinos que debería visitar alguna vez en la vida. Para llegar a este paraíso escondido en la selva, el recorrido inicia desde Leticia en un viaje de quince minutos en lancha.
Allí, además de poder admirar el loto más grande del Amazonas y deslumbrarse con el verde infinito de la selva, es posible compartir con hermosas guacamayas que reciben a sus visitantes desde la entrada.
Recorrer el lugar se facilita mucho gracias a que, sobre los lagos donde reposan estas enormes plantas, las Victorias regias, se han instalado puentes a poca distancia del agua, lo que hace del lugar un mejor espacio para poder verlas en detalle y ser testigos de la magia de la naturaleza.
Otras de las actividades que pueden hacer los viajeros al visitar este lugar es disfrutar la pesca natural, paseos en canoa y explorar esos senderos ecológicos que albergan varios de los árboles más importantes del Amazonas.