Salento es uno de los pueblos más encantadores y llamativos de Colombia. Este pequeño rincón, enclavado en el corazón del Eje Cafetero, se caracteriza por sus casas coloridas, su cultura y la belleza natural que se puede apreciar en la reserva natural Valle del Cocora.
Es el pueblo más antiguo de esta región y está adornado con la palma de cera, reconocida como el árbol nacional. El portal Colombia Travel indica que Salento se destaca por el colorido de su arquitectura basada en casas hechas de bahareque, una mezcla de cañas, madera y tierra que recuerda la forma en la que construían los antepasados.
Una de sus particularidades son las casas coloniales, que llaman la atención por la combinación de colores y sus balcones repletos de macetas que desbordan de flores y helechos.
Dado que se trata de una población que ha ganado un gran espacio en los planes turísticos de muchas personas, estos son algunos de los planes que no se deben dejar pasar si se está de visita en este lugar mágico. Estos son algunos de ellos.
Caminar por la Calle Real. Esta es una de las actividades más encantadoras e imperdibles. Son unos 500 metros de fachadas coloridas, con sus puertas y ventanas enmarcadas en madera y sus frentes trabajados de forma artesanal. Es una vía peatonal muy turística, llena de restaurantes, cafés, galerías, tiendas de ropa y de artesanías. Una de las recomendaciones es efectuar este recorrido en la tarde antes de que se oculte el sol.
Visita al parque principal. Al recorrer el pueblo, uno de los sitios imperdibles es el parque principal. Allí se encuentra el templo de Nuestra Señora del Carmen, restaurantes, almacenes y cafés. Su plaza está adornada por numerosas bancas y jardines y en el sitio predominan los “yipaos”, tradicionales vehículos de la región que se ven ataviados de mercado, flores y acarreos, un símbolo innegable de la cultura cafetera.
Valle del Cocora. Este es un lugar ideal para los amantes de la naturaleza, en donde pueden desarrollar actividades como senderismo, cabalgatas y trekking. Los visitantes tienen la posibilidad de explorar una serie de senderos que atraviesan el valle, adentrándose en bosques de niebla, ríos y praderas, que hacen parte de este majestuoso espacio natural.
Reserva de la Patasola. Otro destino cercano, y que también se ajusta mucho para quienes aman estar en contacto con lo natural, es la Reserva de la Patasola. Es un ecosistema de bosque húmedo de ciento cincuenta hectáreas de extensión en el que se pueden realizar caminatas ecológicas. Allí los turistas pueden disfrutar de un paisaje muy especial generado por plantas y flores exóticas, además de cascadas. En este lugar se puede realizar avistamiento de aves.
Parque Natural de los Nevados. También para los aventureros está el Parque Natural de Los Nevados. En el lugar, los viajeros pueden deleitarse observando millares de frailejones, variedades de musgos, plantas de árnica y muchas otras variedades vegetales de páramo que conservan el agua y sirven de alimento a numerosas especies animales únicas de este clima.