Los paisajes de este departamento, sus destinos turísticos, deportes extremos y toda la belleza que ofrece este territorio, se combina con una deliciosa gastronomía que usted debe probar.
El departamento de Santander, ubicado en el corazón del noreste colombiano, es también conocido por la calidez de sus pueblos y una oferta de planes turísticos que lo convierten en un destino imperdible.
Sin embargo, lo que realmente hace único a este rincón del país es su rica y variada gastronomía. Si tiene en mente visitar esta región, es esencial que reserve un espacio en su agenda para probar los platos más emblemáticos de los santandereanos. Estas delicias hacen de la cocina de Santander:
El cabrito
Uno de los platos más típicos y representativos de la región es, sin duda, el cabrito o cordero. Este manjar puede servirse de diversas maneras: frito, asado o al horno. Independientemente de cómo prefiera degustarlo, el cabrito mantiene un sabor jugoso y combina perfectamente con la arepa santandereana.
Esta arepa, más gruesa que la tradicional, se elabora con maíz pelado cocido y chicharrón, lo que le da una textura y sabor inigualables. Probar cabrito en Santander es llevarse la experiencia del sabor de una de las tradiciones culinarias más antiguas y apreciadas del departamento.
Mute
Otra de las joyas gastronómicas de la región es el mute, una sopa que es capaz de reflejar la riqueza agrícola y ganadera de Santander. Preparado con sustancia de res o cerdo, callo, parte del estómago de la vaca, papa, granos y el infaltable mute; grano de maíz blanco tratado de forma especial, este plato es ideal para reponer fuerzas tras un día exploración de los paisajes santandereanos.
El mute es uno de los platos exquisitos de la región, su preparación varía de acuerdo con la receta familiar, convirtiéndolo en una experiencia única en cada restaurante o casa en la que lo pruebe.
Pepitoria
Si busca algo aún más tradicional, la pepitoria es un plato que no puede faltar en su lista. Elaborada con las vísceras del cabro o cordero, la pepitoria es un guiso que mezcla ingredientes tan autóctonos como el arroz, y se sirve acompañado de yuca o papa, logrando un equilibrio perfecto de sabores intensos.
Este plato, de gran valor simbólico, es consumido en reuniones familiares y eventos especiales. Muchos turistas encuentran en la pepitoria un desafío culinario, por su forma de preparación, pero quienes la prueban quedan fascinados con su sabor único.
Carne oreada
La carne oreada es otra de las especialidades que no puede dejar de probar. Este tipo de carne, salada y secada al sol, fue durante siglos el alimento principal de los campesinos santandereanos durante sus largas jornadas de trabajo en el campo.
Actualmente, es fácil encontrarla en cualquier restaurante o piqueteadero, acompañada de papas y yuca, lo que la convierte en una opción perfecta para quienes desean disfrutar de una comida típica con historia.
Hormigas culonas
Para los más aventureros, Santander ofrece un reto gastronómico único: las hormigas culonas. Este insecto, que se ha convertido en un símbolo de la región, ha sido consumido desde tiempos precolombinos por los indígenas Guanes.
Las hormigas culonas, recolectadas en temporada de luna menguante después de Semana Santa, son tostadas y se consumen como un pasabocas crocante, al que se le atribuyen propiedades afrodisíacas.
Bocadillo
Finalmente, ningún viaje a Santander estaría completo sin probar el bocadillo veleño, el postre típico de la región. Originario del municipio de Vélez, este dulce se elabora con pulpa de guayaba madura y azúcar, y se envuelve en hojas de bijao que le aportan su característico sabor.
El bocadillo veleño es el complemento perfecto para cualquier comida o un snack ideal para recargar energías mientras explora las maravillas de la región. Si tiene la oportunidad de visitar esta tierra, asegúrese de dejarse llevar por los sabores que hacen de Santander un destino turístico y gastronómico inigualable.