Viajar es un plan que produce diversos beneficios y que a muchas personas les gusta hacer con cierta frecuencia. Sea a destinos lejanos o cercanos, por pocos o por muchos días, lo cierto es que esta actividad es algo que todos deberían darse la posibilidad de disfrutar.
Se dice que los viajes ayudan a lograr una disminución del estrés y aumenta el nivel de felicidad y placer, lo que se ve reflejado en beneficios para la salud tanto física como mental. Información de la compañía Aviatur, en su página web, indica que al cambiar las actividades cotidianas, normalmente las personas reducen sus niveles de estrés y las emociones negativas, incrementando la creatividad y la productividad.
Los viajes también se ven reflejados en el estado de ánimo. cuando se sale de la rutina, esto redunda en la disminución de la ansiedad o la depresión, causados por el estrés diario. Se dice que una persona que programa mínimo dos viajes al año podrá ser más productiva en su labor diaria.
A esto se suma, que los viajes, ya sean largos o cortos, hacen crecer personalmente, pues nutren de información de otras culturas y otros estilos de vida, de experiencias enriquecedoras en ambientes nuevos, además de la posibilidad de degustar platos y sabores diferentes.
Dado que se trata de algo positivo, lo ideal es que las personas puedan viajar para sacar provecho de todos sus beneficios. Cuando se trata de pocos días, estas son algunas de las recomendaciones que contribuyen a sacarles el mejor provecho.
- Planear con anticipación: si bien esta es una recomendación, independiente del tipo de viaje que se realice, es probable que cuando se trate de itinerarios cortos no se planee mucho y esto al final termina impidiendo que las cosas salgan como se espera. Es determinante hacer una lista de lo que se requiere para el viaje, así como la agenda que se pondrá en marcha, la ropa que se llevará dependiendo de los días de permanencia y el clima; así como otros artículos esenciales.
- Elegir un destino cercano: para un viaje corto, lo más recomendable es elegir un destino que no requiera demasiado tiempo de viaje. Es aconsejable buscar sitios cercanos al lugar de residencia y que puedan ser recorridos en pocos días, sacando el mayor provecho.
- Buscar actividades locales: es importante investigar acerca de los eventos y actividades que se realizan en el lugar que se está visitando. Se pueden incluir en la agenda museos, galerías de arte, conciertos y festivales que pueden ser de tu interés.
- Viajar ligero: al hacer un viaje corto, lo mejor es tratar de llevar lo menos posible. Una pequeña maleta o mochila es suficiente. De esta manera, se facilitarán los recorridos y será fácil disfrutar del destino y de cada uno de los planes que se han propuesto desde el principio.
- Sacar el máximo provecho del tiempo: al ser un viaje corto, cada minuto cuenta. Por eso, es determinante planear bien el tiempo y tener clara y definida la agenda de lo que se hará. No obstante, dentro del itinerario es clave incluir tiempo para tomar descansos adecuados que permitan disfrutar de cada uno de los momentos.
- Probar la gastronomía local: una de las mejores cosas de viajar es probar la comida que hay en los destinos a los que se viaja. Una de las recomendaciones es buscar los lugares más populares y probar los platos típicos, pues es posible que estas comidas no se encuentren en otros sitios y que difícilmente se puedan volver a degustar.