Colombia se caracteriza por tener pueblos muy bonitos y llenos de encanto, gracias no solo a su historia, sino a su arquitectura y aporte cultural, además de sus paisajes naturales que contrastan con las edificaciones y espacios para conocer.
Por todas las regiones del país los viajeros pueden encontrar alternativas para visitar y disfrutar, ya sea en pareja o con amigos; pues cada uno de estos lugares ofrece un sinnúmero de posibilidades para divertirse y conocer. Sin decir que uno es mejor que otro, porque todos tienen sus encantos y características que los hacen especiales, particulares y bellos, lo cierto es que estos son algunos de los pueblos que las personas, ya sean colombianas o extranjeras, no deberían perder la oportunidad de conocer.
Monguí (Boyacá)
Este pueblo, ubicado en Boyacá, hace parte de la Red de Pueblos Patrimonio de Colombia. Allí los viajeros pueden observar sus calles empedradas y casas coloniales, lo que se convierte en uno de sus grandes patrimonios.
Según la Red Turística de Pueblos Patrimonio, Monguí no solo destaca por su belleza y hospitalidad, sino también porque allí se elaboran los balones de fútbol con calidad tipo exportación que gozan de prestigio mundial. Es un pueblo que brinda un abanico de atractivos, tanto en el casco urbano como en sus alrededores. Es un lugar para admirar la hermosa arquitectura colonial y disfrutar de la gastronomía local.
Villa de Leyva (Boyacá)
Uno de sus mayores atractivos es su arquitectura. Se caracteriza por sus variados paisajes rurales, que van desde la zona de páramo hasta la desértica. Destaca la Plaza Mayor, reconocida por su suelo de piedra y porque está rodeada de edificaciones que conservan su arquitectura original. Es ideal para visitar, porque en un mismo lugar se pueden apreciar museos, hoteles y pasajes comerciales. Es un lugar perfecto para ir y disfrutar en pareja, en familia o con amigos.
Guatapé (Antioquia)
Es uno de los pueblos cercanos a Medellín, en el departamento de Antioquia. Es otra población a la que se le reconoce por su arquitectura colorida y, sobre todo, por su cercanía a la Piedra del Peñol, uno de los principales atractivos turísticos de la región.
Se le conoce como “Pueblo de los Zócalos”, un nombre que se le dio porque la base de las casas tienen zócalos que las adornan con motivos y diseños coloridos, con animales, flores, símbolos, y escenas cotidianas que representan la vida del pueblo y de la familia. Conocer Guatapé es casi que un plan obligado cuando se visita Medellín, pues es un lugar en el que se pueden hacer varias actividades en un solo día. La más obligada es subir a la Piedra del Peñol, que ofrece una de las mejores vistas de la zona.
Barichara (Santander)
Barichara es un pueblo considerado de los más lindos de Colombia. Está ubicado a tres horas de Bucaramanga y es un destino que llama la atención de los visitantes por la belleza de sus calles, su particular y sus paisajes naturales. Destaca por sus calles empedradas y sus arraigadas costumbres campesinas, que lo hacen muy mágico.
Es un municipio reconocido por ser uno de los Pueblos Patrimonio de Colombia, precisa el portal Travelgrafía. Se trata de un lugar tranquilo en el que los viajeros siempre son bienvenidos y pueden disfrutar de diferentes formas su estadía allí. Las personas que llegan a Barichara no deben desaprovechar la oportunidad de conocer la Catedral de la Inmaculada Concepción, disfrutar de sus miradores naturales al Cañón del río Suárez y explorar lugares como el Parque para las Artes, el Cementerio y el Camino Real de Lengerke.
Salento (Quindío)
A Salento se le reconoce como uno de los pueblos más encantadores y llamativos de Colombia. Se caracteriza por sus casas coloridas, su cultura y la belleza natural que se puede apreciar en la reserva natural Valle del Cocora.
Es el pueblo más antiguo de esta región y está adornado con la palma de cera, reconocida como el árbol nacional. El portal Colombia Travel indica que Salento se destaca por el colorido de su arquitectura basada en casas hechas de bahareque, una mezcla de cañas, madera y tierra que recuerda la forma en la que construían los antepasados. Los turistas tienen la posibilidad de admirar sus casas coloniales, que llaman la atención por la combinación de colores y sus balcones llenos de flores y helechos.