EL SINDROME DEL SEDENTARISMO ¿Se ha puesto a pensar cuántas horas del día pasa sentado? Seguramente sale de su casa en carro, el cual lo utiliza hasta para la vuelta más corta. En su trabajo se acomoda en un escritorio del que a ratos se levanta para sentarse en otra silla. Cumplida la jornada laboral va a algún sitio, hace una visita o entra a un cine, y sentado le llega la hora de ir a dormir. Así empata semanas en las que su espalda lleva la peor parte.Esta rutina que impone las sociedades industrializadas, el llamado síndrome del sedentarismo, acelera los procesos degenerativos de las estructuras de sostén de la columna vertebral y hace que una persona de 40 años, tenga un desgaste equivalente al de un anciano activo de 80 años. Todo porque cuando una persona se encuentra sentada, se borran las curvas fisiológicas de la espalda y los discos intervertebrales se presionan y dejan de nutrirse. La desnutrición de los discos acompañada generalmente de mala postura, traen como consecuencia el dolor de espalda, el cual azota a un 80 por ciento de la población mundial en algún momento de su vida.Cuando el homo sapiens adoptó la posición erecta, su columna vertebral se expuso a un desafío para el que no estaba preparada, porque como dice el fisioterapeuta Mariano Zapata, "la columna no ha evolucionado como lo han hecho otros órganos del cuerpo humano por ejemplo la pierna, el pie, la forma de la cadera; el diseño de la columna del hombre sigue siendo similar al de la del mono, que le sirve para vivir colgado de los árboles". Si a este inconvenientico le sumamos la mala postura, el stress, la obesidad y el incorrecto diseño de los muebles donde nos pasamos sentados, sin necesidad de ser vidente se puede pronosticar dolores de espalda para el mejor de los casos, y si no se tratan a tiempo se pueden convertir en invalidez.La columna vertebral, es una estructura de 33 huesos que aparte de sostener la figura corporal, debe permitir flexibilidad en las áreas cervical, dorsal y lumbar. Según Zapata, "es como una computadora que registra los males que ha sufrido durante toda la vida y los manifiesta a más tardar en la tercera edad con las enfermedades degenerativas. Entre otras, artritis o inflamaciones; osteofitos o despulimentos de los huesos que compresionan los nervios; calcilficaciones o pequeñas formaciones de sustancia ósea que se fijan en la columna; y artrosis que es el desgaste de las articulaciones".La ciencia médica interesada en evitar estos males que en buena parte se pueden prevenir, ha propuesto por intermedio de la Unesco campañas masivas en los países industrializados, donde se recomienden posiciones y ejercicios para quienes pasan la mayor parte del tiempo sentados. Sin embargo en la lucha contra la seden tariedad, se han popularizado ejercicios y deportes que pueden traer serios trastornos porque los movimientos bruscos, la rotación del tronco y las extensiones forzadas de la espalda, practicadas por quienes no son deportistas regulares, se convierten en ejercicios nocivos. "La edad más afectada, según Zapata, está entre los 30 y los 35 años, cuando la persona empieza a sentir la pérdida de juventud y los gimnasios hacen su agosto. Estos generalmente cuentan con una buena infraestructura, pero carecen de asesoría médica que garantice un saludable ejercicio". Las famosas "velitas", la inclinación del tronco hacia el piso sin doblar las rodillas, el balanceo del tronco estando boca abajo en el suelo, la flexión extrema de las rodillas y la elevación de las piernas conseguida principalmente por medio de flexiones de la cadera, son ejercicios bastante practicados y recomendados en diferentes gimnasios, aunque ejercen tensiones excesivas que producen lesiones en los hombros, en la cintura, en las articulaciones y en la curvatura vertebral.La búsqueda de una ergonomía efectiva, o sea de una adaptación coherente de la máquina al hombre, aún no ha llegado a nuestro medio, porque los fabricantes desconocen las tallas de los latinoamericanos y hasta los muebles son diseñados con medidas extranjeras, por lo general más grandes, que obligan a que sea el hombre quien se adapte a la máquina o al mueble. Para contrarrestar los efectos que pueden traer estos muebles mal diseñados, Mariano Zapata recomienda que la silla al igual que la cama sean duras; el espaldar a una altura mínima de las escápulas o paletas, con una inclinación de 100 a 110 grados con respecto al asiento el asiento que no llegue a la articulación de la rodilla y que el borde esté más alto para que las piernas queden más arriba de la cadera, la cual debe estar apoyada en el vértice de la silla.La buena postura, o sea la ideal lineación de los diferentes segmentos corporales que permitan funcionalidad y estética, evita las dolencias óseas y musculares. Uno de los problemas más frecuentes se presentan en la región lumbar, ubicada a la altura de la cintura. Los siguientes ejercicios controlan la postura y previenen dolencias de espalda:--Párese con la espalda contra la pared. Presione los talones, las nalgas, los hombros y la cabeza. Si siente algún espacio entre la espalda y la pared, quiere decir que su columna está demasiado arqueada.--Mueva los pies hacia adelante y doble las rodillas de modo que su espalda se deslice hacia abajo. Ahora, contraiga los músculos del estómago y las nalgas de tal manera que pueda aplanar la parte baja de la espalda contra la pared. Mantenga esta posición y retroceda sus pies hacia la pared para que su espalda se deslice hacia arriba.--En posición erguida, sepárese de la pared y camine alrededor del cuarto. Devuélvase hacia la pared en la posición inicial y asegúrese que ha mantenido la columna recta.Adoptar permanentemente una postura correcta como la recomiendan los que saben, puede ser cuestión de tormentosas sesiones de fisioterapia, ejercicios de por vida, renuncias mundanas y otra serie de sacrificios excesivos para cualquier mortal. Pero conocer básicas recomendaciones que no implican cambios en el ritmo de vida es apenas justo con el cuerpo. -