El parabrisas, cristal que está ubicado en la parte delantera del auto, es de vital importancia para la seguridad, comodidad y bienestar del conductor y los ocupantes de cualquier vehículo, por lo que es obligatorio mantenerlo en óptimas condiciones.
Además de la suciedad, aspecto normal que afecta al carro en el día a día, se pueden presentar situaciones que comprometan su estado, como choques o accidentes, donde este se puede romper por completo; también, incidentes con objetos como piedras, que producen pequeños agujeros o agrietamientos, situación que da un margen de tiempo más amplio para repararlo o cambiarlo.
Justamente, en este punto es clave identificar qué procedimiento es el más indicado, pues así parezca que el daño no representa peligro alguno, sí es necesario actuar de inmediato para evitar que ocurra un incidente en el que se comprometa la integridad de los ocupantes del vehículo.
En primera medida, hay que tener claro que este cristal es fundamental para mantener la forma de carro en un accidente y para evitar que el techo se hunda si se vuelca. De igual forma, con el avance de la tecnología, el parabrisas ha venido tomando mucho más protagonismo en la industria, pues allí vienen instalados nuevos sistemas de detección de peatones o de frenado automático, por lo que deja de ser un vidrio común y corriente.
Según el portal Roto.mx, experto en este tipo de elementos, las posibilidades de sufrir una lesión en un choque aumentan 40 % si este elemento tiene fallas o no está bien cuidado, por lo que es necesario, ante cualquier problema que presente, someterlo a un diagnóstico que indique si es mejor cambiarlo o repararlo.
Si la indicación es repararlo, hay que aclarar que la tecnología moderna permite hacer este procedimiento con diferentes materiales, algo que en el pasado no estaba contemplado. Los expertos recurren a un tipo de resina que puede ayudar a recuperar el área comprometida por un impacto, rellenando el espacio creado por las grietas y haciéndose invisible una vez esta se seca.
Es necesario aclarar que no todos los agujeros ni daños son reparables con este procedimiento, por lo que hay que analizar si hay un agujero, si hay varias astillas, si la grieta es profunda, si no obstaculiza el campo visual del conductor, aspectos que orientarán para saber qué decisión tomar.
También es recomendable no dejar pasar tiempo para reparar el cristal, pues con los días el daño podría empeorar y terminar siendo un nuevo dolor de cabeza para el propietario del vehículo y una amenaza para la seguridad de los ocupantes.
Si la opción es cambiarlo, asegúrese de hacerlo en lugares reconocidos donde le garanticen un trabajo seguro, donde además de reemplazar el parabrisas se tengan en cuenta todas las medidas de seguridad adicionales, como que sea el apoyo necesario para los airbags, que funcionen los sistemas y radares que vienen de fábrica con el carro, y que no queden sellos mal instalados que a futuro puedan provocar un accidente.