El gigante General Motors volvió a liderar las ventas de vehículos en Estados Unidos en 2024, por delante de la japonesa Toyota, gracias a los coches eléctricos.
En 2024, GM vendió más de 2,7 millones de vehículos, un 4 % más que en 2023, informó la compañía. Estuvo, en particular, anclado a un alza de las ventas en el cuarto trimestre, que llegaron a 755.160 unidades.
“Llevamos un impulso significativo hasta el 2025″, destacó Rory Harvey, presidente de mercados globales de GM.
El grupo, con sede en la ciudad de Detroit, en Michigan, tiene una cuota de mercado del 16,5 %, lo que supone un leve avance en relación con el 2023 (16,6 %).
GM registró un aumento de las ventas de varios de sus todoterreno combinados SUV y camionetas pickups, en particular el Trax (SUV compacto) y la Colorado de la marca Chevrolet, y el Sierra (pickup) de GMC.
Pero su desempeño más destacado estuvo en el alza marcada en coches eléctricos (VE). La gigante vendió 43.982 unidades en el cuarto trimestre del año y acumuló un total de 114.432 en todo el 2024.
De su lado, la japonesa Toyota quedó segunda en el mercado americano a nivel general, con 2,3 millones de coches vendidos el año pasado (+3,7 % con respecto al 2023).
Al igual que GM, Toyota pudo contar con el buen impulso de sus “EV” (vehículos eléctricos), de los cuales se expendieron más de un millón en 2024, una novedad para el fabricante nipón (+53 %).
A su vez, volvió a subir al tercer lugar del ránking la estadounidense Ford, con una tasa de crecimiento del 6 %, superior a la de sus dos rivales, con unos 2,08 millones de vehículos comercializados en el mercado de Estados Unidos.
Resultados positivos en medio de la llegada de Trump
Estas cifras se conocen en medio de un ambiente un poco tenso por la llegada del nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y de sus polémicas propuestas, de las cuales hay varias que apuntan directamente contra la industria automotriz.
De hecho, General Motors, Toyota y Ford, las tres fabricantes que ocuparon los primeros lugares en ventas durante 2024 en Estados Unidos, anunciaron su intención de donar un millón de dólares, cada una por separado, para la toma de posesión de Trump, la cual tendrá lugar el próximo 20 de enero.
Los fabricantes estadounidenses han anunciado complementariamente que pondrán a disposición de la nueva administración flotas de vehículos propios para facilitar la movilidad durante los actos de investidura.
En un contexto de calma tensa ante el desembarco del magnate en la Casa Blanca y la previsible escalada de tensiones comerciales con socios como China o la Unión Europea por la aplicación de nuevos aranceles, los fabricantes de vehículos se apresuran a conseguir el favor del nuevo Gobierno norteamericano.
Hace unas semanas, el director ejecutivo de Ford, Jim Farley, dijo ser optimista ante el futuro político del país, ya que aseguró que Trump estaba dispuesto a escuchar las perspectivas de la compañía sobre el futuro del sector automovilístico.
“Teniendo en cuenta el perfil de empleo de Ford y su importancia en la economía y la industria manufacturera de Estados Unidos, se puede imaginar que la administración estará muy interesada en nuestro punto de vista”, advirtió Farley.
Por su parte, la directora ejecutiva de General Motors, Mary Barra, también expresó un optimismo cauteloso y dijo que creía que la compañía y Trump estaban “alineados en cuanto a objetivos”.
Mientras tanto, los miembros del equipo de transición del presidente electo trabajan en la flexibilización de la normativa federal sobre los vehículos autónomos y, de hecho, consideran hacer de esta nueva ley una de las prioridades del próximo Departamento de Transportes.
A día de hoy, las normas federales estadounidenses plantean obstáculos para el desarrollo de la tecnología de conducción sin volante ni pedales a gran escala por las reticencias existentes en todo lo que tiene que ver con la seguridad.