La limpieza regular y constante de un carro es importante, pues un vehículo libre de suciedad, polvo y desechos, proporciona un ambiente más agradable para viajar, lo que contribuye a una experiencia de conducción más placentera.
Por otro lado, la suciedad también puede dañar la pintura, el interior y otros componentes del carro a largo plazo, por lo que hacerle la limpieza regularmente, reduce el riesgo de daños y se mantiene el valor del carro en caso de una posible venta futura.
De igual forma, que un carro se encuentre en perfecto estado hace que tenga un adecuado funcionamiento y rendimiento, pues la suciedad puede obstruir los filtros de aire y afectar el sistema de ventilación, lo que haría que se reduzca la eficiencia del motor.
Es muy posible que los carros se puedan oxidar, pues todos los días están expuestos a la humedad, la sal, o los golpes que puedan recibir, por lo que podrían tener esa capa de color marrón rojizo que se forma en la superficie del hierro y otros metales.
Si bien es cierto que actualmente los fabricantes hacen el trabajo de colocar materiales que no se puedan oxidar fácilmente, los vehículos no están exentos de tener óxido, que es la reacción química que se produce cuando los metales entran en contacto con el oxígeno.
Si este problema no se trata de manera inmediata, se puede agravar y convertirse en corrosión, proceso aún más grave que erosiona las superficies y termina por “comerse” el metal.
¿Cómo quitar el óxido de un carro?
Se debe tener en cuenta que debe pasar el menor tiempo posible entre la aparición del óxido en el vehículo y la limpieza.
De acuerdo con expertos, existen trucos con productos caseros que pueden ayudar a quitar estas manchas, como el vinagre y el bicarbonato de sodio.
- El vinagre blanco es un método casero que permite remover el óxido, pues su componente principal, el ácido acético reacciona ayudando a remover la herrumbre presente. De acuerdo a la concentración del producto, la mancha se puede eliminar en el menor tiempo posible.
- El bicarbonato de sodio por su parte en conjunto con el ácido cítrico es un excelente astringente de la oxidación. Se puede preparar una pasta con agua y bicarbonato para luego aplicarla con un cepillo sobre la zona afectada. Después se debe dejar reposar y remover con abundante agua para que se seque al natural.
En el caso de que la mancha ya haya llegado a corrosión, el conductor debería optar por sustituir la pieza afectada, si es una puerta, el capo u otros puede ser sencillo, pero si se trata del chasis, se requiere un trabajo más exhaustivo.