La motocicleta en Colombia no solo es un método de transporte o una solución de movilidad; este vehículo se ha consolidado como uno de los más importantes para los estratos uno, dos y tres, ya que, además, sirve como herramienta de trabajo, ayudando a la economía de miles de hogares en el país.
Este fenómeno se viene reforzando con el paso de los años, al punto que el país hoy es un referente para el ensamble de este tipo de máquinas, las cuales representan el 62 % de parque automotor que hoy circula por las vías del país.
Según la Cámara de la Industria de Motocicletas de la Andi, casi el 100 % de motocicletas que se venden en el país son ensambladas en Colombia, lo que inyecta un mayor dinamismo a este sector que produce miles de empleos directos y que vincula a la cadena productiva cientos de proveedores.
Actualmente, el país cuenta con 11 plantas de ensamblaje y ocho empresas ensambladoras, las cuales producen más del 95 % de las motocicletas registradas a nivel nacional. Así mismo, el 93 % de las motocicletas que se registran en el país son fabricadas o ensambladas a nivel nacional.
Este dinamismo en la producción nacional refuerza la estructura industrial, con más de 100 motopartistas y diez encadenamientos productivos clave que generan un impacto positivo en la economía y el desarrollo del país.
“Estamos viendo un auge en el sector de motocicletas que no solo beneficia a quienes se desplazan, sino a quienes generan empleo y dinamizan la economía nacional”, comenta García. “La industria de motocicletas en Colombia es una historia de éxito empresarial y una fuente de bienestar para millones de familias colombianas”, dijo Iván García, director de la Cámara de la Industria de Motocicletas de la Andi.
Aliadas en la movilidad y el bienestar
En Colombia, las motocicletas representan una alternativa de transporte asequible y eficaz para millones de ciudadanos, promoviendo un cambio positivo en sus vidas.
Este medio de transporte no solo facilita el acceso al trabajo, la educación y diversos servicios, sino que es un indicador de progreso en algunos estudios de desarrollo, donde se utiliza como variable para medir la “movilidad social”.
Contar con una motocicleta les permite a sus propietarios acceder a oportunidades que de otro modo estarían fuera de su alcance, impulsando su independencia económica y social al reducir tiempos de desplazamiento y otorgar flexibilidad en la búsqueda de empleo. Por ejemplo, en regiones y departamentos como San Andrés y Providencia, Arauca, Casanare y Caquetá, donde la penetración de estos vehículos supera el 50 % de los hogares.
Por estos motivos, la tenencia de motocicletas en Colombia se ha asociado con mejoras en la movilidad social y es analizada cada vez más en estudios de desarrollo socioeconómico y planificación urbana como un elemento clave de crecimiento y transformación social.
Concluye el director de la Cámara de la Industria de Motocicletas de la Andi afirmando: “La motocicleta es un símbolo de progreso en Colombia y un generador de desarrollo económico del país; por eso, como gremio y en nombre de todas las ensambladoras, manifestamos el orgullo que nos da estar en el día a día de millones de colombianos, de trabajar por mejorar los índices de siniestralidad y contribuir al progreso en cada rincón del territorio nacional”.