Aunque hoy en día los vehículos traen cientos de asistencias electrónicas, cámaras instaladas a lo largo y ancho de la carrocería y ayudas para que la conducción sea mucho más segura y confortable, elementos como los testigos que se incluyen en el tablero han estado presentes por décadas, siendo las primeras señales en aparecer y aportar esa información extra al conductor.
Con el paso de los años, estos se han ido complementando y a medida que se fueron incorporando nuevos elementos a los automotores, también se ganaron su espacio en el tablero. Por eso, no es raro que en el pasado solo se tuvieran presentes las señales de pérdida de aceite, falta de combustible, luces encendidas y fallas en la batería, entre otros.
Ahora, es muy normal encontrar luces que indican pérdida de presión en los neumáticos, si un bombillo no enciende, si alguien no lleva el cinturón de seguridad puesto, si hay una silla vacía, si viene algún carro, motocicleta o bicicleta por alguno de los costados, si el aire acondicionado está prendido y otras alertas que ayudan a que el conductor tenga un mayor control sobre los sistemas del vehículo.
En este sentido, los testigos son universales, lo cual quiere decir que cualquier persona, sin importar el lugar del mundo en el que conduzca, podrá entender el mensaje que el auto tiene para ella.
¿Por qué los testigos tienen colores?
La principal razón por la que los testigos tienen colores es la necesidad de transmitir información crítica de manera intuitiva. Mientras se conduce, el conductor tiene un tiempo limitado para interpretar los indicadores del tablero. Por ello, los colores juegan un papel fundamental: cada uno está asociado a un nivel de urgencia o relevancia. Esta codificación cromática permite que el conductor tome decisiones inmediatas sin necesidad de detenerse a interpretar el mensaje.
El uso de colores en los testigos de los automóviles está estandarizado a nivel mundial, lo que facilita su comprensión incluso en vehículos de diferentes marcas y modelos. Este estándar se basa en principios universales del diseño y la psicología del color, donde ciertos tonos evocan reacciones instintivas.
Colores de los testigos y su significado
Los colores más comunes en los testigos del tablero son el rojo, el amarillo, el verde y el azul. Cada uno tiene un significado particular:
Rojo: peligro o advertencia grave
El rojo es el color de la urgencia y, en el caso de los automóviles, indica que algo necesita atención inmediata. Este color suele estar reservado para situaciones que podrían poner en riesgo la seguridad del conductor o del vehículo. Por ejemplo, el testigo del freno de mano activado, la presión baja de aceite o el sobrecalentamiento del motor son indicadores críticos que suelen mostrarse en rojo. Ignorar estas señales puede derivar en daños graves o incluso en accidentes.
Amarillo: advertencia o precaución
El amarillo señala problemas que, si bien no son críticos, requieren atención lo antes posible. Este color suele aparecer en situaciones relacionadas con el funcionamiento general del vehículo, como el testigo de check engine (revisión del motor) o la presión baja en los neumáticos. Aunque no demandan una acción inmediata como los testigos rojos, estos indicadores no deben ser ignorados, ya que un descuido podría provocar fallas más serias a largo plazo.
Verde: funcionamiento normal
El verde se utiliza para indicar que un sistema está activado o funcionando correctamente. Este color no implica ningún tipo de problema, sino que sirve como recordatorio. Por ejemplo, el testigo de los faros encendidos o el control de crucero activo suelen mostrarse en verde.
Azul: información específica
El color azul es menos común y generalmente se utiliza para destacar información específica relacionada con las condiciones de conducción. Un ejemplo típico es el testigo de las luces altas encendidas. Al igual que el verde, este color no indica problemas, sino simplemente un estado del vehículo que puede ser relevante para el conductor.