El vicecanciller y ministro de Economía, Robert Habeck, se reunió este lunes, de emergencia, con representantes de las principales automovilísticas, proveedores, sindicatos y la patronal del sector ante las amenazas de despidos sin precedentes y el posible cierre de plantas en el país.
A través de videoconferencia y según ha informado el Gobierno germano, Habeck recibó a Volkswagen, Mercedes-Benz y Continental, además de a los portavoces del sindicato IG Metall y la VDA, la asociación alemana de la industria del automóvil.
En estos momentos, las expectativas para un rescate gubernamental son bajas ante unas cuentas públicas tensas debido a la situación macroeconómica, la guerra comercial con China a cuenta de los aranceles a la importación de vehículos eléctricos, las regulaciones medioambientales europeas que contemplan la prohibición de vender coches de combustión a partir de 2035 y multas por incumplimiento a los fabricantes de hasta 15.000 millones de euros, según alertó hace unas semanas el consejero delegado del grupo Renault, Luca de Meo.
A la espera de lo que se pueda anunciar a lo largo de este lunes, el Gobierno federal ya ha aprobado un paquete de incentivos a la compra del coche eléctrico que contempla una deducción de hasta el 40% sobre el valor del vehículo para las empresas con un impacto de 465 millones de euros al año sobre los presupuestos generales entre 2024 y 2028.
Habeck ha asegurado en las últimas horas que Berlín podría enviar “las señales de mercado adecuadas” para fomentar la adopción de la nueva movilidad con ventas sobre eléctricos que se desplomaron en agosto un 68% ante el fin de los subsidios dados hace un año.
La industria lleva semanas haciendo sonar la alarma, diciéndole al Gobierno que los planes de la UE les costarán miles de millones al sector de la automoción.
De momento, y según adelantaban hace una semana medios alemanes consultados por Europa Press, los fabricantes se muestran desconfiados frente al futuro. Solo en el caso de Volkswagen, el plan de austeridad podría suponer el recorte de hasta 30.000 puestos de trabajo en Alemania. Posteriormente, el comité de empresa alegó que esta predicción era “absurda”.
En una dirección similar, el pasado jueves Mercedes-Benz recortó sus previsiones y advirtió de que no espera un gran repunte de las ventas de coches de lujo en el mercado chino en los próximos meses. A principios de mes, BMW también redujo su pronóstico hasta dejar el margen operativo sobre el 6%, cuatro puntos porcentuales por debajo de sus estimaciones de principios de año.