Aunque la electrificación de la industria automotriz avanza a un buen ritmo, las marcas aún son conscientes de que en diferentes partes del mundo la venta de carros a gasolina sigue siendo la que mayor participación tiene dentro del mercado.
De esta forma, mientras algunas partes desarrollan esa tecnología, también vienen desarrollando productos que permitan atender los diferentes intereses de los clientes que están motivados por gustos personales o necesidades exclusivas.
En medio de esto, y mientras se reduce la oferta de carros a combustión, comienzan a parecer tecnologías que le podrían competir a la electricidad y que significaría un nuevo salto en el avance de la industria automotriz.
En medio de esta coyuntura, Toyota resalta por su interés en la fabricación de una pila de combustible de hidrógeno u otros dispositivos cuya base es el amoniaco; sistemas que aunque son una apuesta en los planes a largo plazo de la firma japonesa siguen estando muy por debajo de la oferta eléctrica e híbrida que hoy por hoy tiene la marca.
Y aunque Toyota trabaja para esta línea, a las investigaciones se han sumado otras firmas japonesas como Mazda y Subaru, alianza que unió fuerzas para seguir desarrollando motores a combustión, pero que no requieran de combustibles fósiles, los cuales serían reemplazados por algunos sintéticos y el propio hidrógeno, un avance que le daría una mano al ya golpeado medio ambiente.
Con estos desarrollos, en los que se han centrado tres de las marcas más reconocidas a nivel mundial, el motor a combustión seguirá teniendo un protagonismo similar al que tiene hoy en día en todos los mercados, pero, ayudarán, como no sucede en el presente, a conducir el planeta hacia un entorno más sostenible aportando a la reducción de emisiones.
Otro de los puntos llamativos que tendría esta tecnología es que en los países que, aunque cuenta con carros eléctricos, no tienen la infraestructura de redes de carga bien desarrollada, el hidrógeno podría ser una solución de hibridación con una alta viabilidad.
Muestra de lo anterior, está el motor de combustión interna que recientemente fue presentado por Toyota y el cual contaba con un propulsor de cuatro cilindros y con un cilindraje de 1,5 o 2 litros que puede desarrollar hasta los 600 CV.
Ese ejemplar es parte de la estrategia de la misma Toyota para impulsar sus autos durante los próximos años, buscando mantener una relación equilibrada entre la potencia y la eficiencia.
Según el portal especializado Best Car, “el motor 2.0 Turbo estará disponible en tres versiones: una estándar con 300 CV y 400 Nm de par, una variante de alto rendimiento con 400 CV y 550 Nm, y una versión para competiciones que alcanzará los 600 CV. Esta última representa el máximo desarrollo de esta nueva arquitectura, posicionándose como una opción clave para los vehículos de alto rendimiento”.
Este trabajo conjunto entre las tres firmas japonesas les permitiría tener algo de ventaja sobre su competencia, pues lejos de dejar de pensar en motores a combustión, están desarrollando nuevas tecnologías que permitan diversificar mucho más sus portafolios con ofertas que sigan contemplando esa tecnología e integrando las nuevas tendencias impulsadas por el cuidado del medio ambiente.
Según los rumores, esta nueva tecnología de combustibles de hidrógeno estarían presentes en dos modelos deportivos que dejaron de existir hace algunos años y que identificaron a la marca japonesa por mucho tiempo, como lo fueron el MR2 y el Célica, autos que Gazoo Racing podría revivir, pues esta es la firma encargada de este tipo de vehículos.