Volkswagen, el mayor fabricante europeo de automóviles, anunció que planea recortar más de 35.000 empleos en Alemania para 2030, lo que equivale a un tercio de sus efectivos, para reducir sus gastos y evitar el cierre de fábricas.
Gracias a un acuerdo con los sindicatos, Volkswagen espera generar un total de “4.200 millones de dólares” de ahorro a mediano plazo para enderezar el grupo, explicó la compañía en un comunicado.
Los representantes del personal subrayaron que estas salidas no serán forzosas, sino que serán jubilaciones no sustituidas.
“Logramos encontrar una solución para los empleados de las plantas de Volkswagen que salvaguarda los puestos de trabajo, preserva la producción en las plantas y, al mismo tiempo, permite importantes inversiones futuras”, declaró Thorsten Gröger, negociador del sindicato del automóvil.
El negociador subrayó que las medidas para reducir costes respetan “las líneas rojas” del sindicato.
“No habrá cierres de plantas y los despidos están descartados”, dijo. El escenario de despidos no había sido desechado por el primer fabricante europeo.
Según los sindicatos, la dirección quería inicialmente suprimir 55.000 puestos de trabajo. A cambio, los empleados aceptaron renunciar a una serie de primas y reducir la capacidad de producción en varias de las diez plantas alemanas del grupo.
“Teníamos tres prioridades durante las negociaciones: reducir el exceso de capacidad en las plantas alemanas, recortar los costos laborales y rebajar los costos de desarrollo a un nivel competitivo”, explicó Thomas Schäfer, responsable de la marca insignia del grupo VW, la que más dificultades conoce.
“Logramos soluciones viables en estas tres cuestiones”, afirmó. El grupo alemán provocó la sorpresa en septiembre al anunciar que preparaba un drástico plan de ahorro para recuperar su competitividad.
El consejero delegado de Volkswagen, Oliver Blume, sostiene que los costos de la empresa son demasiado elevados y los márgenes de beneficio de la histórica marca VW, que representa algo más de la mitad de las ventas, demasiado bajos.
Volkswagen también sufre la ralentización mundial de las ventas de autos, la competencia de China y unos modelos con baterías poco atractivos, que frenan una transición hacia los vehículos eléctricos.
Esta decisión salió a la luz luego de que se conociera que el fabricante de vehículos también estaría estudiando la posibilidad de trasladar la producción del modelo Golf de la fábrica alemana de Wolfsburgo a México en un intento por reducir gastos en plenas negociaciones con los trabajadores sobre el futuro de la compañía.
Fuentes del grupo consultadas por Europa Press dicen “no comentar rumores” como estos publicados por medios alemanes consultados por Europa Press. Sin embargo, los rotativos en el país europeo aseguran que sobre la mesa “existen muchos escenarios” y que el futuro de la fabricación del Golf “es la base de uno de ellos”.
Considerado uno de los modelos insignia del grupo europeo, Volkswagen apenas vendió 10.000 vehículos Golf en América del Norte en 2023 y no está previsto que la versión eléctrica llegue al mercado hasta, al menos, finales de 2028.
Actualmente, la producción del Golf únicamente se lleva a cabo en la sede mundial de la empresa en el estado alemán de Baja Sajonia. En México el grupo tiene una fábrica en Puebla, donde hace años también producía el modelo Beetle para el mercado norteamericano.