En la agenda pública hay un paquete de obras de infraestructura vial sin adjudicar que son prioritarias para el país y que se deben sacar adelante sí o sí entre 2020 y 2025. Por un lado están los proyectos que se han intentado hacer años atrás y ya están más maduros en estudios y diseños; y, por el otro, obras que son necesarias y se deben hacer, pero que apenas se están estructurando y se enfrentarán al reto de cómo financiarlas. De acuerdo con la ANI, en el futuro inmediato, año 2020, se está buscando completar los corredores principales. Entre las obras más avanzadas y de importancia nacional están la nueva concesión para Ruta del Sol I, incluyendo Guaduas-Villeta, que ya está en fase de factibilidad (una Iniciativa Privada de Mario Huertas) y la Troncal del Magdalena (Ruta del Sol II), que se frenó por el ya conocido caso Odebrecht, y que está planeada en dos segmentos. También está, en Bogotá, el tramo ALO Sur, una vía de 24 kilómetros que conectará el peaje de Chusacá con la calle 13 y mejorará la conexión entre Bogotá y Girardot, ya que es una de las salidas de la capital con mayor congestión. Lo mismo sucede con la movilidad del norte de la ciudad y para ello el plan es Accesos Norte, que ampliará a cinco carriles por sentido la Autopista Norte desde la calle 245 hasta La Caro y construirá una doble calzada en la Carrera Séptima.

De este grupo hace parte la iniciativa privada El Santuario (Antioquia)-Caño Alegre; un tramo de 110 kilómetros que pasa por Cocorná, San Luis, San Francisco y Puerto Triunfo, va a completar la doble calzada de Medellín-Bogotá. El proyecto, en etapa de factibilidad, contempla dos túneles que suman 2,7 kilómetros, 11 puentes, 16 retornos y una variante en Doradal. Se espera que su construcción inicie en 2022. La nueva Malla Vial del Valle del Cauca - Accesos Cali también forma parte de los proyectos adelantados. Según la ANI, se requieren inversiones por $7,3 billones para finalizar más de 400 kilómetros en vías del departamento. La idea es que sean desarrollados por tres concesiones. Sus adjudicaciones están previstas para el primer semestre de 2020. Este plan incluye el corredor Buga-Buenaventura, donde se realizará rehabilitación de la actual vía y construcción de la doble calzada (113 kilómetros). En 2016 esta obra se adjudicó al concesionario Vía Pacífico (CASS Constructores, Conconcreto y Carlos Alberto Solarte), pero por fallas en sus unidades funcionales se revirtió el contrato y se debe volver a adjudicar.  El presidente Duque ha dado instrucción de trabajar especialmente en la vía Popayán-Pasto, un tema que apenas está empezando. Además, la ANI ha recibido propuesta de iniciativa privada para un corredor entre Calarcá-La Paila y Tunja-Moniquirá-Barbosa. Esta última es prioritaria para eventualmente tener el corredor completo desde Boyacá hasta Bucaramanga, Santander. En materia aeroportuaria, hay planes inmediatos para mejorar el Aeropuerto El Dorado, ampliar los parqueaderos y los puentes de abordaje. Se espera que avancen en 2020 y 2021 las mejoras. Además, se estudian las ampliaciones y mejoramientos de los aeropuertos de Cali, Buenaventura, Cartagena, San Andrés, Neiva e Ibagué. 

Otros planes puestos sobre la mesa tienen que ver con la reactivación de las vías férreas: el Tren de Cercanías de Bogotá a Zipaquirá, la rehabilitación del corredor férreo Bogotá-La Dorada, el tranvía en la carrera 30 en Barranquilla para ir al Aeropuerto y el Tren Ligero de Rionegro (Antioquia). También existe un borrador para hacer un tren que una el sur del Atlántico con el ferrocarril que va de Chiriguaná a Santa Marta y de ahí conecte a Barranquilla y Cartagena. La pregunta del millón ¿Cómo se van a financiar las próximas obras de infraestructura? Según Francisco Lozano, presidente de la Financiera de Desarrollo Nacional (FDN), para 2020 los proyectos de infraestructura requerirán más de $12 billones en recursos de deuda, y la participación de la FDN sería de 15% a 20%.  “Estimamos que se distribuirán así: 60% para carreteras; 30% para transporte férreo y puertos; 10% para otros sectores como energía renovable no convencional y para infraestructura social”, puntualiza. Para Germán Pardo, presidente de la Escuela Colombiana de Ingeniería y presidente de la Sociedad Colombiana de Ingenieros (SCI), “hay una gran confianza en el país en cuanto a inversión se refiere. Destaca la entrada de ISA al mercado de infraestructura porque va a diversificar las inversiones. “Es una gran noticia para el sector. Es lo que venimos esperando desde hace algún tiempo: que haya jugadores nuevos a nivel financiero que garanticen que con recursos internos se harán algunas de las obras y con los recursos frescos que vienen del exterior se logren consolidar algunos otros proyectos”, concluye Pardo.

Lo que pase con la Ley de Financiamiento será clave para determinar el techo fiscal que para el sector transporte estaría copado. Si la economía evoluciona favorablemente, y dependiendo de lo que pase el próximo año, se podría liberar o ampliar algo del techo. Por ahora, con la llegada de más inversionistas extranjeros interesados en participar en los proyectos, el sector mantendrá su dinamismo, mientras que el país espera por la inauguración de las obras.

FUENTE: AGENCIA NACIONAL DE INFRAESTRUCTURA (ANI), CÁMARA COLOMBIANA DE INFRAESTRUCTURA (CCI). IP: INICIATIVA PRIVADA