Las universidades son solo un reflejo de lo que sucede en toda la sociedad. Hoy hay nuevas demandas para los jóvenes. Presiones de tecnología, redes sociales, formación de relaciones. Todo esto puede causar ansiedad y estrés. La cantidad de estudiantes con dificultades mentales es una preocupación creciente. Los problemas más prevalentes son ansiedad, depresión, suicidio, trastornos alimenticios y adicciones. Uno de cada cuatro estudiantes tiene un problema mental diagnosticable, 40 por ciento no busca ayuda, 80 por ciento se siente abrumado por sus responsabilidades y 50 por ciento se sienten tan ansiosos que tienen dificultades académicas. Los jóvenes que eligen quedarse en su ciudad natal durante el tiempo de universidad tampoco están exentos de problemas. Si bien quedarse en el terruño disminuye la carga financiera y otras fuentes de estrés, en ocasiones es difícil ver partir a los amigos mientras se permanece con los padres, quienes aún pueden tratarlos como niños.
En busca de una causa para el aumento dramático de los problemas de salud mental entre los jóvenes, los estudios han analizado múltiples aspectos como el impacto de las redes sociales o la falta de sueño causada por el uso de dispositivos electrónicos, así como los efectos de un mercado laboral incierto, deudas personales y poco o nulo apoyo del Estado. Además, muchos jóvenes llegan con situaciones hogareñas muy complejas y no han logrado obtener ayuda previa en el sistema de salud. Por otra parte, en el afán por hacer que las universidades sean rentables, existe una confusión fundamental sobre su razón de ser. Como resultado, se presenta un cambio, del aprendizaje como un fin en sí mismo a capacitar a los graduados para el mercado laboral en un ambiente muchas veces deshumanizado y para completar, en la actualidad obtener un título no necesariamente garantiza un trabajo. Impulsar a las universidades para que actúen como empresas no solo acaba con el disfrute del aprendizaje y la utilidad humanista de la investigación y la enseñanza. También enferma. La autoestima se reduce a resultados académicos. La asesoría psicológica puede ser útil para muchos estudiantes, pero no puede solucionar todo el estrés incorporado en la vida universitaria. Algunas de las medidas que las universidades han introducido no hacen nada para atender los aspectos fundamentales. Un curso sobre la felicidad, cómo dormir más, técnicas de meditación o yoga no siempre son suficientes. Finalmente, no importa lo que diga un consejero si el estudiante no puede pagar el transporte o la comida.
Identificar estos problemas puede ser complicado, ya que los estudiantes a menudo minimizan o simplemente nunca hablan de algo que los molesta profundamente, a menudo debido al miedo de que los vean como diferentes o vergüenza y los compañeros pueden diagnosticarse erróneamente entre ellos, a veces empeorando las cosas. El objetivo es prevenir las dificultades, ayudar a los estudiantes a salir adelante mientras están en sus estudios universitarios y desarrollar habilidades de resiliencia y prepararlos para el momento de la graduación y la posterior búsqueda de trabajo. He aquí algunas recomendaciones: 1. Los padres deben alentar a sus hijos a trabajar en vacaciones del colegio para crear un sentido de independencia y responsabilidad que llevarán con ellos a la universidad. 2. Es importante familiarizarse con la nueva ciudad y el campus universitario antes de comenzar las clases. Esto permitirá menos choque cultural cuando comience el estudio. 3. Parte importante para tener una salud mental equilibrada es dormir de manera adecuada, alimentación nutritiva y actividad física. 4. Identificar un tema que le apasione y encontrar una organización o grupo que ayude a explorar esa pasión. Los equipos deportivos, los comités de estudiantes y los grupos de defensa pueden ser una buena manera de involucrarse y sentirse parte de la comunidad universitaria y la sociedad en general. 5. Es fácil dejarse llevar por las fiestas en la universidad, pues salir y beber, a veces es una buena manera de aliviar el estrés y crear vínculos con los demás. Tratar de no consumir drogas y alcohol en exceso. 6. Para evitar altos niveles de estrés y ansiedad, organizar un calendario de fechas límite para sus compromisos académicos, unirse a un grupo de estudio para preparar las clases, presentaciones y exámenes, hacer las lecturas y tareas con anticipación. 7. Parte de tener una buena salud mental es socializar y estar cerca de los demás. Mantenga una vida social activa con sus compañeros y amigos. 8. Para ayudar a aliviar el estrés o la tensión, intente realizar actividades relajantes. Un pasatiempo que le guste, como leer, escribir o jugar videojuegos, pasar tiempo con amigos o salir a caminar. 9. Si sabe que tiene problemas de salud mental, esté atento a las señales de peligro y busque ayuda si nota algo. 10. Es común sentir nostalgia en la universidad, especialmente durante el primer año. Mantenga contacto regular con sus amigos y seres queridos y hable con ellos acerca de cómo se siente. 11. Busque ayuda en bienestar universitario y averigüe si se ofrece un programa para abordar sus problemas de salud mental y cómo se accede a él. * Grupo de Investigación Nuevas Perspectivas en Salud Mental, UCMC