Cuando se piensa en una dieta balanceada y saludable, es innegable el beneficio de recurrir a las verduras y frutas, como fuente de algunas de las vitaminas más importantes para el organismo, así como la fibra, minerales, antioxidantes y demás propiedades que harán mejoras importantes en la salud.

Sin embargo, es importante tener en cuenta que, pese a que la mayoría de estos alimentos ofrecen ventajas para lograr diversos propósitos en cuanto al bienestar del cuerpo, el consumo de algunas de las frutas no se debe hacer al tiempo.

Para entender el motivo, antes es fundamental conocer la clasificación de estos alimentos, definida según sus características. De este modo, las frutas se dividen en neutras, dulces, ácidas y semiácidas, según detalla el portal especializado Salud180.

Bajo ese contexto, las frutas neutras son aquellas que tienen alto contenido en grasa, potasio, fósforo, son ricas en proteínas, minerales y por ende, ayudan a fortalecer el sistema inmunológico. En este grupo se destacan el aguacate, la almendra, el maní, la nuez, la avellana, el coco, y el cacahuate.

En el grupo de frutas dulces, se encuentran el banano, la cereza, la granadilla, el melón, la pera, la sandía, la uva y la manzana; donde su principal característica es que son ricas en vitamina A, C y E y no contienen ácidos.

Con respecto a las frutas semiácidas, estas poseen un sabor suave, son ricas en proteínas y tienen menos ácidos. De este modo, en ese grupo se encuentran la mandarina, el durazno, la manzana verde, la ciruela, la guayaba, el mango, la frambuesa y la lima, explica el mismo medio.

Por último, las frutas ácidas se caracterizan como su nombre lo indica, por tener un alto contenido en ácidos, siendo las más aconsejables para purificar la sangre, reducir los niveles de triglicéridos, ácido úrico y colesterol, motivo por el que también son utilizadas para bajar de peso, según detalla Salud180.

En este grupo se destacan el kiwi, la piña, el maracuyá, la mora, la naranja, el limón, el pomelo, la toronja y los arándanos.

Teniendo esto claro y de acuerdo a lo explicado en el sitio web especializado, es importante que, para evitar molestias en el organismo, no se mezclen algunos de estos grupos de alimentos.

Por ejemplo, mezclar naranja con zanahoria ocasiona que se eleve la acidez estomacal, lo que puede ocasionar reflujo y dolor abdominal.

Del mismo modo, comer a la vez guayaba que es una fruta semiácida, con banano que hace parte del grupo de frutos dulces, también puede aumentar la acidez en el estómago.

Ahora bien, con respecto a la combinación de ciertas frutas con algunos otros alimentos, también hay que ser precavidos y no hacer mezclas extrañas que podrían hacer que se desate una emergencia médica.

Según el mismo medio, combinar piña con lácteos, podría causar intoxicación, esto debido a que esta fruta contiene bromelina, un antiinflamatorio natural. De igual manera combinar jugo de naranja con pan, podría causar fermentación en el estómago, afectando así la digestión y con ello, el hígado.

Teniendo en cuenta esto, de ahora en adelante a la hora de planificar la dieta, en la que las frutas toman un papel muy importante, es fundamental saber cómo sacarle el mejor provecho y no combinar algunas de ellas para que así, se eviten efectos secundarios en la salud.