El embarazo es una fase especial para muchas personas, quienes disfrutan de este proceso y anhelan la llegada de un nuevo integrante a la familia. Pero, al tiempo, se trata de uno de los momentos de mayores transformaciones para el cuerpo y exigente para el organismo.
Durante los meses que dura la gestación son varios los factores que intervienen para poder favorecer el desarrollo del bebé y la salud de la madre. Es normal, por tanto, que surjan temores y preocupaciones acerca de las afecciones que pueden alterar el bienestar de ambos, entre ellas las posibilidades de tener un aborto espontáneo.
Según define la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, Medline Plus, esta condición consiste en “la pérdida espontánea de un feto antes de la semana 20 del embarazo”, de ahí toma su nombre precisamente.
En dicho punto, ya se han cumplido cerca de cinco meses de embarazo, por lo que luego de este tiempo el aborto es considerado como parto prematuro, de acuerdo con la precisión de la organización sin ánimo de lucro Reproducción Asistida, el cual puede conducir también a la muerte fetal, explican.
Una vez se comprende la diferencia entre ambos conceptos, es posible explicar cuáles son las causas que pueden conducir a la terminación involuntaria del embarazo. En primer lugar, señala la mencionada entidad, las condiciones que propicien la pérdida del bebé pueden depender del desarrollo del feto o, por otra parte, de la madre.
Estos riesgos son descritos por el Manual MSD de Salud en su versión para los profesionales. Sobre las causas fetales, la referida guía indica que algunas de las características que pueden derivar en aborto son las anomalías cromosómicas o de tipo genético, así como las malformaciones. De acuerdo con los especialistas, los fallos cromosómicos pueden provocar hasta un 50 % de terminaciones involuntarias de la gestación.
Con relación a las causas maternas, el portal especifica que ciertas condiciones de salud de la madre tienden a ser consideradas factores de riesgo para la continuidad del embarazo, entre ellas se encuentran las anomalías uterinas o cervicales, las anomalías cromosómicas de los padres y los trastornos o enfermedades crónicas (en especial, si no están reguladas).
El aborto también puede ser clasificado dependiendo de cómo se produzca; en este sentido, puede ser temprano o tardío, natural o inducido por razones médicas, incompleto o no, recurrente, retenido y séptico, cada uno de ellos con determinadas particularidades.
Como indica el portal Planned Parenthood, es importante que las personas gestantes que tengan sospechas de un aborto espontáneo acudan a los profesionales de salud y conozcan el debido abordaje para tratar la pérdida tanto física como psicológicamente. Sobre todo, de acuerdo con el medio, es necesario que se extraigan los residuos y los tejidos producto de la gestación del cuerpo para evitar infecciones y riesgos para la vida de la madre.
¿Se puede evitar o prevenir? Lo primero es seguir las recomendaciones indicadas por el médico de cabecera según el estado de salud particular. Pero, además, explican desde el portal Mayo Clinic, hay ciertas medidas básicas de cuidado que pueden mitigar el riesgo de la pérdida del bebé, estas son: evitar el consumo de alcohol, el tabaquismo y las drogas o sustancias psicoactivas.
También es preciso acudir a los controles para hacerle seguimiento al embarazo y precisar si es necesario tratar alguna irregularidad que se presente. Mantener la ingesta adecuada de nutrientes esenciales, necesarios para la formación de los bebés y la salud de la madre.
Llevar una alimentación adecuada y evitar el sedentarismo también son dos medidas que se deben implementar durante el embarazo para llevarlo a buen término.