Aunque algunas personas recurren a productos cosméticos o técnicas quirúrgicas para solucionar sus problemas en la piel, es posible mitigar la aparición de arrugas simplemente mediante rutinas de protección y cuidado.
Los nutrientes naturales del aceite de coco, extraídos de la pulpa seca de este fruto, pueden convertirse en importantes aliados para conservar o mejorar el estado de la piel, sobre todo cuando el proceso natural de envejecimiento genera la aparición de arrugas, líneas de expresión, sumado a las pecas, ojeras y manchas.
Un estudio publicado por la revista médica Skin Pharmacology and Physiology reveló que el aceite de coco virgen aumenta la producción de colágeno cuando se aplica sobre la piel.
El colágeno es una de las proteínas más importantes del organismo, pues es el componente principal de los tejidos conectivos que conforman varias partes del cuerpo como la piel, los ligamentos y los músculos.
Después de los 35 o 40 años de edad las personas empiezan a presentar un proceso natural de envejecimiento que genera una disminución en el colágeno del cuerpo, afectando el buen funcionamiento de huesos, músculos, articulaciones y la piel.
Por eso, expertos y dermatólogos señalan que es fundamental estimular la producción de esta importante proteína en el organismo, entre otras cosas, para mejorar el cuidado de la piel.
El aceite de coco también contiene vitamina B y vitamina E, que favorecen la regeneración celular. Su alto contenido en ácido láurico y ácido caprílico también previene el crecimiento de bacterias u hongos que causan infecciones en la piel, como recoge un artículo publicado en la revista médica Indian Journal of Pharmacology.
Los expertos destacan que el aceite de coco también posee propiedades desinflamatorias y antisépticas, lo que convierte su uso en un aliado para conservar el buen estado de la piel.
La base de datos de medicamentos naturales, Natural Medicines Comprehensive Database, concluyó en una investigación preliminar que la aplicación de aceite de coco en la piel dos veces al día puede mejorar la hidratación de la piel en personas con resequedad.
El colágeno y sus efectos en la piel
Maria T. López, farmacéutica y técnica en nutrición y dietética, publicó un artículo en el portal Saber Vivir en el que recomienda los siguientes hábitos para mejorar el cuidado de la piel.
- Dormir de manera reparadora: dormir lo suficiente permite estimular la melatonina, la hormona relacionada con el sueño que tiene un poder antioxidante y antiinflamatorio. Además, dormir al menos 7 horas incrementa la hormona del crecimiento.
- Actividad física y dieta saludable: Combinar estos dos aspectos es fundamental para mantener una buena producción de colágeno que contribuya al óptimo funcionamiento del sistema óseo y muscular, entre otros.
- Dieta baja en azúcares y harinas refinadas: Comer pan, galletas, caramelos, jugos artificiales, entre otros productos, contribuye al aumento de la glucosa en la sangre y el exceso de azúcar se engancha a algunas proteínas (elastina y colágeno entre ellas). Lo anterior hace que estas proteínas se vuelvan rígidas y las endurece, por un proceso denominado glicación.
Por otro lado, los expertos advierten que la exposición al sol puede convertirse en uno de los principales factores para la aparición de pecas, ojeras, manchas o áreas con tonalidades más oscuras en la piel.
Por esa razón recomiendan que las personas que diariamente se exponen al sol deberían usar protector solar los 365 días del año, sobre todo durante los periodos de verano.
La recomendación es que aproximadamente veinte minutos antes de que la persona salga de casa se aplique protector solar sobre el rostro, incluyendo los párpados, como también sobre el dorso de los pies o espalda.