El hígado graso es una acumulación de grasa en las células de este órgano, que causa procesos inflamatorios. Se presenta cuando se acumula mucha grasa en las células hepáticas.
Aunque es normal tener una pequeña cantidad de esta sustancia en las células, se considera grave cuando se llega a más del 5 % de grasa, según el magacín especializado en salud, Healthline.
Cabe resaltar que el hígado graso (no por consumo de alcohol) es la enfermedad hepática más frecuente en el mundo, y la causa principal de la enfermedad crónica del hígado, que padece el 30 % de la población.
En la mayoría de los casos, la causa de la enfermedad es la obesidad y un estilo de vida poco saludable, así como inactividad física. Además, según los especialistas de la Clínica Mayo, se puede convertir en una enfermedad hepática más seria, hasta llegar al trasplante de hígado, a la cirrosis e, incluso, al cáncer.
Ahora bien, en la dieta para el hígado graso es importante aumentar el consumo de frutas frescas y naturales, vegetales frescos y cereales integrales ricos en fibras.
Remolacha para el hígado graso
La remolacha o betabel es rica en betacarotenos, carotenoides y flavonoides, que son antioxidantes que le dan ese característico color tan intenso y atractivo.
Los expertos de la Fundación Española del Corazón indican que la presencia de antioxidantes en los alimentos es fundamental “no solo porque activan las propiedades organolépticas naturales, preservándolos, sino porque al ser ingeridos protegen de manera amplia y eficaz la salud del consumidor”.
En 2012 se publicó un estudio clínico a gran escala en la revista New England Journal of Medicine, en el que se explicaba que los pacientes con hígado graso, al llevar una dieta rica en alimentos con antioxidantes, mostraban una mejoría significativa al reducirse los niveles de grasa en el hígado y la propia inflamación. Esto se debía a un tipo de antioxidante: la betalaína.
Remolacha para el hígado graso
- Cortar y pelar la remolacha.
- Poner los trozos en el vaso de la licuadora.
- Agregar el zumo de los dos limones y dos tazas de agua (de acuerdo a la cantidad deseada).
- Licuar los ingredientes hasta que se compacte todo.
- Poner el líquido en un colador para evitar grumos.
- Endulzar con un poco de azúcar o estevia al gusto.
Aguacate
Hay que tener en cuenta que las virtudes del aguacate radican en el ácido oleico, un tipo de ácido graso monoinsaturado con muchas propiedades.
Este tipo de ácido ayuda a reducir los niveles de colesterol. Además cabe recordar que dispone de fibra, que ayuda a saciar el apetito y en el proceso reduce el nivel de glucosa en sangre.
Una investigación realizada en ratas encontró que el aceite de aguacate alivia la enfermedad del hígado graso al mejorar la función mitocondrial, el estrés oxidativo y la inflamación en ratas.
Por otra parte, algunos estudios muestran que el consumo de aguacate está asociado a la pérdida de peso, control de niveles de azúcar en sangre, aumento del colesterol bueno, reducción del colesterol malo y de triglicéridos, lo que, a su vez, disminuye el riesgo de desarrollar hígado graso.
Sin embargo, el aguacate debe consumirse de forma moderada y en pequeñas porciones, ya que, a pesar de tener beneficios y ser rico en grasas buenas, es una fruta que contiene muchas calorías y puede engordar si se consume en exceso.