El colesterol es una sustancia cerosa y parecida a la grasa que se encuentra en todas las células del cuerpo, pues se necesita para producir hormonas, vitamina D y sustancias que ayudan a digerir los alimentos, de acuerdo con Medline Plus, de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.
Además, Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, explicó que con el colesterol alto es posible que se formen depósitos grasos en los vasos sanguíneos y, con el tiempo, estos crecen y hacen que sea más difícil que fluya suficiente sangre a través de las arterias. A veces, esos depósitos pueden romperse de repente y formar un coágulo que causa un ataque cardíaco o un accidente cerebrovascular.
La entidad también indicó en su portal web que esta enfermedad puede heredarse o ser consecuencia de un estilo de vida poco saludable, como, por ejemplo, comer muchas grasas dañinas. La grasa saturada se encuentra en algunas carnes, productos lácteos, chocolate, productos horneados y alimentos procesados y fritos.
Por su parte, el sistema inmunológico es una compleja red de células, tejidos y órganos. Juntos ayudan al cuerpo a combatir infecciones y otras enfermedades, de acuerdo con Medline Plus.
El sistema inmunitario tiene muchas partes diferentes, incluyendo:
- La piel: puede ayudar a evitar que los gérmenes ingresen al cuerpo.
- Membranas mucosas: son los revestimientos internos húmedos de algunos órganos y cavidades corporales. Producen mucosidad y otras sustancias que pueden atrapar y combatir los gérmenes.
- Órganos y tejidos del sistema linfático: incluyen el timo, el bazo, las amígdalas, los ganglios linfáticos, los vasos linfáticos y la médula ósea. Producen, almacenan y transportan glóbulos blancos.
Dicho lo anterior existen alimentos que sirven para bajar el colesterol y fortalecer el sistema inmune, como el ajo, según explica El Universal, ya que tiene propiedades antifúngicas y antimicrobianas y lo recomiendan para agregarlo a la dieta diaria.
Un estudio realizado por investigadores del Instituto de Toxicología de la Universidad de Shandong (China) reveló que el ajo fue superior al placebo en la reducción de colesterol sérico total (CT) y triglicéridos (TG).
Otros beneficios del ajo
El consumo de ajo es beneficioso, pues disminuye el riesgo de sufrir problemas de presión arterial, según un estudio publicado por la revista científica Molecular and Cellular Biochemistry.
Además, la revista médica Diabetes, Metabolic Syndrome and Obesity publicó un estudio en el que se determinó que los pacientes diabéticos que consumían ajo en ayunas para complementar su respectivo tratamiento mostraron una reducción considerable de sus niveles de glucosa.
Adicional, la revista médica Journal of Medicinal Food publicó una investigación en la que se evidencia que el ajo puede combatir los procesos de inflamación, pues incorpora elementos como el disulfuro de dialilo, que sirven para tratar de manera natural la artritis.
Sin embargo, de acuerdo con Medline Plus, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, es importante reducir la ingesta de ajo en personas con problemas estomacales o digestivos, ya que podría llegar a producir irritación del tracto gastrointestinal.
Medline Plus también advierte que el ajo, especialmente fresco, podría aumentar el sangrado. Por ello, recomiendan dejar de tomarlo al menos dos semanas antes de un procedimiento quirúrgico. Asimismo, los pacientes sometidos a tratamiento anticoagulante deben vigilar su consumo, ya que puede elevar el riesgo de sangrado.
No obstante, al igual que con cualquier alimento que se quiera incluir en la dieta diaria, es importante consultar al médico tratante o a un nutricionista sobre cuál es la mejor manera de consumir, y si las condiciones médicas ya existentes no son un impedimento para beneficiarse de todas las propiedades del alimento ya nombrado.