El ajo es muy conocido por su particular sabor, el cual lo hace ideal para sazonar muy bien muchas recetas, pero esta planta también aporta grandes beneficios para el cuidado de la salud.

Entre los nutrientes que componen al ajo se encuentran las proteínas, yodo, fósforo, potasio, vitamina B6 y compuestos sulfurados.

Estos nutrientes hacen que el ajo tenga propiedades antioxidantes, antisépticas, fungicidas, bactericidas y depurativas. Razón por la cual se considera que ayudaría a fortalecer el sistema inmunitario y mejorar la salud cardiovascular.

Por todo ello, utilizar ajo en las comidas, no solo ayuda a comer delicioso, por su sabor, sino también de manera muy saludable.

Uno de los beneficios del consumo de ajo es ayudar a reducir el colesterol y, a evitar que este se adhiera a las paredes arteriales. Otro de sus aporte para la salud es promover la buena circulación y ayuda a mantener la presión arterial dentro de lo normal. “Por ello mismo, en el mundo de la medicina alternativa podemos encontrar ajo en diversas presentaciones para mejorar la salud cardiovascular: cápsulas, comprimidos”, señalan en el portal Mejor con salud.

Un estudio citado en el mencionado portal señala que al evaluar una muestra de 112 personas con niveles de colesterol alto, a quienes se les suministró el consumo regular de ajo con zumo de limón como tratamiento médico, este les ayudó a mejorar los niveles de colesterol y la presión arterial.

El ajo es una planta rica en proteínas, vitaminas del grupo B y otros, “se puede decir que el ajo podría ayudar a fortalecer el sistema inmunitario. Por tanto, podemos decir que el consumo regular de ajo, dentro de una dieta saludable, puede ayudar a subir las defensas”, explica Mejor con salud.

En el portal Saber vivir destacan que el ajo tiene varias presentaciones. El blanco es el más habitual, también está el morado, el cual madura antes y suele ser más grande, es más tierno y se conserva por menos tiempo.

El ajo tierno se reconoce pues se recoge antes de que se desarrolle el bulbo. Tiene un sabor más suave y esto lo hace apropiado para ensaladas y salteados. Por último está el ajo negro que se obtiene tras un proceso de fermentación y aporta compuestos fenolénicos.

De acuerdo a Saber vivir el ajo mejora la circulación sanguínea, ya que provoca vasodilatación, “aumenta el diámetro de los vasos sanguíneos y por tanto, la sangre fluye con más facilidad disminuyendo la presión”, además, en el citado portal aconsejan frotar un ajo crudo sobre las rebanadas de pan tostado, para tener un aperitivo que se puede “acompañar de jamón serrano, jamón york o queso”.

Un estudio de la Universidad Estatal de Washington (EE.UU.), el cual fue publicado en la revista Journal of Antimicrobial Chemotherapy, encontró que el sulfuro de dialilo, que es un compuesto del ajo, “es 100 veces más eficaz que los antibióticos populares para luchar contra la bacteria Campylobacter”, que es una de las causantes de las infecciones intestinales.

Científicos del St. Joseph Family Medicine Residency en Mishawaka, Indiana (EE.UU.) también concluyeron que el consumo de ajo “puede disminuir la frecuencia de los resfriados en adultos”. En Saber vivir destacan que las bacterias, virus y hongos no ofrecen resistencia al ajo.

Según el sitio web Tienda 306, el consumo de ajo también es un potente aliado para:

  • Facilitar la función hepática, pues elimina restos de lípidos y colesterol dañino.
  • Cuando ayuda para la circulación, mejora también los dolores de cabeza.
  • Se considera un buen energizante natural.
  • Puede ser un gran aliado frente al reúma, la gota, la artritis y procesos que generan dolor muscular.