La venas várices se originan con mayor frecuencia en las piernas debido a que estar de pie y caminar con una postura erguida aumenta la presión en las venas de la parte inferior del cuerpo. Para muchas personas esto hace parte de un problema estético; sin embargo, muchos individuos presentan dolor y grandes molestias ante la aparición de las venas várices; además pueden desencadenar complicaciones médicas, así lo explicó el portal de salud y medicina Mayo Clinic.
Síntomas
Las venas várices no siempre causan dolor; sin embargo, algunos de los signos de esta afección son:
- Venas que son de color púrpura o azul oscuro.
- Venas que aparecen retorcidas y sobresalen; a menudo, son cómo cordones en las piernas.
Cuando se manifiestan signos y síntomas dolorosos, estos pueden generar los siguientes síntomas:
- Una sensación de dolor o de pesadez en las piernas.
- Ardor, pulsación, calambres musculares e hinchazón en las extremidades inferiores.
- Picazón alrededor de una o de más venas.
- Decoloración de la piel alrededor de una vena varice.
Complicaciones
Las complicaciones de las venas várices, aunque son poco frecuentes, implican:
- Úlceras: pueden formarse úlceras dolorosas en la piel cerca de las venas afectadas, en especial cerca de los tobillos. Por lo general, se observa una mancha descolorida en la piel antes de que se forme una úlcera.
- Coágulos sanguíneos: en algunas ocasiones, las venas profundas de las piernas se dilatan. En dichos casos, la pierna afectada puede empezar a doler e hincharse. Cualquier hinchazón o dolor persistente en la pierna justifica atención médica, según explica Mayo Clinic, ya que puede indicar un coágulo sanguíneo.
- Sangrado: en determinadas ocasiones, las venas que se encuentran muy cerca de la piel pueden explotar. Por lo general, esto solo causa un sangrado leve; ante ello, se debe consultar con un médico de manera inmediata.
Prevención
- Practicar actividad física por lo menos tres veces a la semana durante 30 minutos continuos o según recomendación médica.
- Controlar el peso.
- Seguir una dieta rica en fibras y con bajo contenido de sal.
- Elevar las piernas.
- Cambiar la posición de sentado o de pie periódicamente.
Pomada de ajo y limón para las várices
El portal de salud, belleza y cuidado personal Mejor con Salud brinda la receta de una pomada que puede ayudar tratar las várices tanto por fuera como por dentro. Antes de aplicarla sobre la zona afectada se recomienda consultar con un médico especialista que apruebe sus usos con el fin de evitar alergias o reacciones adversas.
Ingredientes:
- 10 dientes de ajo.
- El jugo de un limón.
- 1 vaso de aceite de oliva (200 ml).
- ½ vaso de gel de aloe vera (100 ml).
- 20 gotas de aceite esencial de romero.
Preparación:
- Primero se deben pelar los ajos y trocearlos.
- Exprimir el jugo del limón.
- Introducir los dos ingredientes junto con el aceite de oliva en un frasco de vidrio y agitarlo. Después, cerrarlo de forma hermética.
- Dejar macerar este preparado durante 21 días en un lugar oscuro.
- Pasadas las tres semanas, colar el líquido y desechar los ajos.
- Añadir al aceite macerado, el gel de aloe vera y mezclar bien para obtener una textura de pomada.
- Incorporar el aceite esencial de romero para mejorar el aroma de la mezcla.
Aplicación:
- Cada noche, antes de acostarse, recomienda el medio aplicarse la pomada de ajo y limón para las varices en las zonas afectadas y cubrir con una venda o tela.
- Sí es molesto el olor se requiere aplicar el producto, una vez más, por la mañana.