El colesterol es una sustancia grasa que hace presencia en todas las células del organismo. El hígado es el órgano encargado de elaborar la cantidad que el cuerpo requiere para formar las membranas celulares y producir ciertas hormonas, según The Texas Heart Institute.

Adicionalmente, cuando las personas consumen alimentos de origen animal, tal como carne, huevos y productos lácteos, se adiciona colesterol al organismo. Los especialistas aseguran que esta sustancia es vital; sin embargo, cuando sus niveles son muy elevados causa complicaciones se salud, especialmente relacionadas con el corazón.

Según la Fundación Española del Corazón, cuando hay mucho colesterol en la sangre se produce hipercolesterolemia. Esto pone a los pacientes en mayor riesgo de sufrir de un infarto.

Explican los expertos que si las células son incapaces de absorber todo el colesterol que circula por la sangre, el sobrante se deposita en la pared de la arteria y contribuye a su progresivo estrechamiento, originando la aterosclerosis.

Por ello, es recomendable que quienes han sufrido infarto de miocardio o accidente cerebral mantengan cifras muy bajas de colesterol para intentar limpiar así sus arterias y evitar afecciones de salud más complejas.

La mejor medicina para cuidar los niveles de colesterol es la ingesta de una alimentación equilibrada, acompañada de la práctica regular de ejercicio físico. Incluir en la dieta diaria frutas, verduras, cereales integrales y proteínas bajas en grasa es la mejor forma de mantener a raya esta sustancia y evitar complicaciones cardiovasculares.

Adicionalmente, es viable recurrir el uso de remedios caseros y uno de ellos es el ajo con limón. Según información de la revista Mejor con Salud, escrita por Elena Martínez Blasco, esta mezcla brinda los siguientes beneficios al organismo; aunque su consumo siempre debe ser consultado con el médico y más si se consumen algunos medicamentos.

  • Contribuye a disminuir el colesterol malo (LDL) al tiempo que hace que aumente el bueno (HDL).
  • Ayuda a reducir la grasa que se deposita en determinadas zonas del cuerpo.
  • Hace que disminuyan los triglicéridos (otro tipo de grasa) en la sangre.
  • Ayuda a prevenir la formación de trombos.
  • Contribuye a bajar la tensión o presión arterial.
  • Mejora el funcionamiento del hígado y favorece, por tanto, la depuración del organismo.
  • Ayuda al correcto funcionamiento de los riñones e, indirectamente, a combatir la retención de líquidos.
  • Contribuye a reducir los problemas de circulación.
  • Potencia el sistema inmunitario.
  • Previene la aparición de tumores malignos.
  • Tanto el ajo como el limón poseen propiedades antioxidantes. De ahí que contribuyan también a la renovación y el rejuvenecimiento de nuestras células.

En el caso específico del colesterol, el ajo tiene un compuesto llamado alicina, una sustancia activa que posee propiedades antiinflamatorias y depurativas que ayudan a controlar y a reducir los niveles altos de lípidos, precisa información del portal Gastrolab, de México.

Además, tiene un efecto vasodilatador en las arterias que también contribuye a regular la presión arterial, digerir los lípidos y reducir el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, entre otros muchos beneficios.

En cuanto al limón, se dice que tiene propiedades que ayudan a limpiar las arterias y evitar su taponamiento a causa de los niveles excesivos de colesterol. Sin embargo, no hay evidencia científica que la respalde. Mejor con Salud destaca que el limón es rico en citroflavonoides, vitamina C, antioxidantes y aceites esenciales naturales.

Preparación

Para preparar esta bebida se requiere de cuatro limones, cuatro cabezas de ajo y tres litros de agua hervida. Se pela el ajo y se cortan los dientes en mitades. Se lavan bien los limones y se cortan en trozos pequeños, sin quitarles la corteza. Se añaden estos ingredientes al agua tibia, previamente hervida, y se revuelven.

Se distribuye la mezcla resultante en tres frascos de cristal, se cierran bien y se guardan en la nevera durante tres días. Transcurrido ese tiempo, se cuela el contenido de todos los frascos y se vuelve a guardar en la nevera.

Mejor con Salud plantea que el tratamiento dura 40 días y se puede realizar una vez al año. Los primeros días, se toma una cucharada sopera (15 mililitros) de este preparado, media hora antes de las principales comidas del día.

Si el cuerpo reacciona bien, se aumentaría a dos cucharadas soperas (30 ml) y progresivamente se va incrementando la dosis hasta llegar a un máximo de 50 mililitros, que al multiplicarse por tres comidas, serían 150 mililitros al día.