Una alimentación sana y equilibrada mantendrá de manera sana a todos los órganos del cuerpo, incluido el cerebro. El doctor Gurutz Linazasoro, portavoz de la Sociedad Española de Neurología (SEN), le dijo al diario BBC Mundo que “la alimentación es uno de los pocos factores de riesgo de enfermedades neurológicas que está en nuestras manos modificar y controlar”.

Es por esto que expertos aseguran que no hay un alimento mágico que prevenga las enfermedades neurológicas; sin embargo, una dieta equilibrada puede ayudar a reducir el riesgo de padecerlas. Según un estudio de la revista científica The Lancet algunos cambios en el estilo de vida pueden reducir el riesgo de desarrollar demencia.

“La investigación explora los beneficios de construir una suerte de “reserva cognitiva” en el cerebro: fortalecer las conexiones cerebrales de tal manera que este órgano pueda seguir funcionando en la tercera edad a pesar del deterioro”, destaca el informe citado por BBC Mundo.

David Ezpeleta miembro de la SEN aseguró que “si se potencia el consumo de frutas, verduras, pescado, aceite de oliva y, si además, esto lo unimos a realizar algo de ejercicio físico y a fomentar las relaciones sociales estaremos llevando a cabo la mejor dieta neuroprotectora que se puede recomendar”.

La demencia es una enfermedad cognitiva que altera la capacidad para recordar, pensar o tomar decisiones y puede repercutir de manera directa en la vida diaria de la persona que la padece. Un artículo del año 2015 que fue publicado en la revista Nutrients señalaba “que el exceso de energía puede perjudicar la condición, pero lo que es más importante, las dietas ricas en grasas o azúcar también pueden perjudicar la cognición”.

Expertos recomiendan disminuir el consumo de bebidas alcohólicas, cigarrillo y drogas ilegales, pues estas pueden afectar el funcionamiento cerebral. | Foto: Gettyimages

Con el fin de corroborar estas afirmaciones los expertos realizaron una investigación para determinar de que manera influía una dieta rica en grasas en la memoria, la atención y el estado de ánimo. Los resultados de la investigación se publicaron en el American Journal of Clinical Nutrition y arrojaron que los sujetos masculinos adultos jóvenes sanos, que empezaron a implementar una dieta rica en grasas afectaron sus funciones cognitivas gracias al consumo de este tipo de alimentación. “Fue suficiente para afectar la atención, la velocidad de recuperación y el estado de ánimo depresivo después de solo cinco días”.

Los hombres durante cinco días tuvieron que consumir una dieta alta en grasas y baja en carbohidratos. Posteriormente, fue evaluada su función cognitiva a través de pruebas computarizadas. Los científicos encontraron que los sujetos que consumían una dieta alta en grasas y baja en carbohidratos tenían un 44 % más de ácidos grasos libres en plasma. Con estos resultados, concluyeron que “aumentar los ácidos grasos libres en plasma reducía la cognición, lo que sugiere que una dieta rica en grasas es perjudicial para el corazón y el cerebro en sujetos sanos”.

Es importante mencionar que hay carbohidratos saludables y no saludables. Los buenos aportan minerales y vitaminas esenciales para el organismo debido a que son una fuente importante de fibra. Estos se destacan por ser absorbidos lentamente, por lo que evitan picos altos de azúcar en la sangre; además se caracterizan por generar satisfacción y saciedad. Algunos son: tubérculos, legumbres, avena, nueces, maíz, cereales integrales y quinoa.

Los carbohidratos malos o simples se encuentran generalmente en alimentos procesados y refinados, carecen de valor nutricional y fibra, y aportan muchas calorías. Algunos de estos alimentos son: productos procesados como galletas, pasteles, dulces, papas fritas, pan blanco, bebidas con un alto contenido de azúcar y alcohol; así lo explicó el portal de cuidado personal y salud Mi Farma.

Linazasoro aseguró que “no existen alimentos milagrosos ni dietas milagrosas, pero sí hay los que son enemigos para el cerebro, como la sal, el azúcar y las grasas trans”.