En la reserva de caza de Swaga Swaga, en Tanzania, un grupo de investigadores de la Universidad de Cracovia dieron con un refugio rocoso que ocultaba secretos más que cautivantes: pinturas rupestres que muestran figuras antropomorfas enormes cuyas cabezas gigantescas evocan animales.
El lugar, que los investigadores llamaron “yacimiento Amak’hee 4′, se descubrió en 2018 junto con otros 52 yacimientos. A lo largo de estos, se encontraron 97 representaciones pictóricas en las rocas. En su mayoría, como registra el investigador en su estudio publicado en Antiquity Journal, “fueron elaborados con un tinte rojizo”.
No se sabe con precisión de qué edad datan estas representaciones, pero las comparaciones con un personaje que nació en el cine a finales de los años setenta y se inmortalizó en la ciencia ficción para siempre no se hicieron esperar. El Xenomorph de la película Alien, que tantas precuelas y secuelas ha sumado (con resultados muy variados), sacó literalmente la cabeza. Pero los investigadores miran definitivamente hacia otros lados.
Grzelczyk, por su parte, ni se inmiscuye en conversaciones de cultura popular. El investigador mira hacia la forma de las figuras y establece una comparación que registra RT. Al polaco, estas formas “recuerdan la inclinación central del perfil de la cabeza de búfalo, desde la que se elevan los dos cuernos y luego se curvan hacia fuera, alejándose de la cabeza, así como las orejas caídas”.
La publicación destaca también que el científico guarda la esperanza de explicar estas imágenes por medio de una investigación etnoarqueológica. Esta ayudaría a establecer o descartar paralelos entre algunos aspectos rituales del pueblo sandawe y estas peculiares pinturas rupestres creadas por sus antepasados.