El colágeno es a sustancia que se encarga de crear y mantener los tejidos conectivos, proporciona estructura y estabilidad al organismo. En otras palabras, ayuda a mantener una apariencia joven y lozana. Se trata, además, de la proteína más abundante que existe en el organismo, por lo que se encuentra en diferentes partes, como huesos, piel, uñas, articulaciones, dientes y córneas.

La dermatóloga Constanza Vanegas Torres comenta que el colágeno “es secretado y producido por los fibroblastos, unas células presentes en la conexión de los tejidos que sostienen, protegen y estructuran otros órganos del cuerpo. Entonces, su buena fama se debe precisamente a que proporciona elasticidad y flexibilidad a los tejidos de todo el organismo”.

El colágeno da firmeza a la piel. Además, ayuda a otras partes del cuerpo. | Foto: Libre de derechos

Y el auge de su consumo, añade la especialista, se explica en que, a medida que las personas se hacen mayores, “el colágeno disminuye gradualmente dentro del cuerpo. Por eso, muchos asocian la pérdida de esta proteína con el envejecimiento, especialmente, en una sociedad que sataniza el paso de los años y las arrugas, y busca desesperadamente contrarrestar la llegada de la vejez”.

Después de los 30 años, “se pierde alrededor de a un 1 % de colágeno por año. No hay que olvidar que se trata de una proteína que es el mayor componente de la piel, suponiendo hasta un 70 %”, apunta la especialista.

Esta disminución, agrega, “se acentúa, sobre todo, en las mujeres durante la menopausia y después de los 60 años, lo que genera flacidez, arrugas y otros signos de envejecimiento en la piel”.

A esto se suma el desgaste natural de las articulaciones y los huesos, reflejado en diferentes dolores y molestias, mayormente, a partir de los 50 años. “En estos casos, el consumo de colágeno se hace importante para el tratamiento de enfermedades degenerativas como la artrosis y la osteoporosis”, indica Vanegas Torres.

No en tanto, si bien existen suplementos de colágeno en cápsulas o en otro tipo de fármacos, las mayores fuentes de este nutriente se consiguen de manera orgánica a través de la alimentación.

Algunos vegetales son de gran provecho en el aumento del colágeno. | Foto: Getty Images

Productos de origen vegetal o animal 100 % naturales son algunas de las fuentes más ricas de esta sustancia.

En ese sentido, uno de los que más se destaca es la cebolla, la cual también es rica en vitaminas B, C, D y E. A su vez, tiene un gran contenido de azufre, el cual es un oligoelemento que actúa como protector integral del organismo, disminuyendo los dolores causados por enfermedades como la atritis o la fibromialgia. También ayuda en la salud de la piel, de las uñas o del cabello, pues es clave para favorecer la absorción de queratina y colágeno.

Este vegetal, que tradicionalmente se ha utilizado para sazonar y darles sabor a los alimentos, posee propiedades diuréticas, antivirales, antifúngicas, antibacterianas y antioxidantes, entre otras, según el portal de salud Tua Saúde. Es una hortaliza que aporta una importante cantidad de agua, es baja en calorías y rica en fibra y potasio.

De otro lado, por ser rica en antioxidantes, los cuales protegen las células del organismo del daño causado por los radicales libres, la cebolla ayuda a cuidar la salud de la piel, previniendo la aparición temprana de arrugas y otros signos de la edad.

Otros alimentos como el limón o los frutos secos tienen efectos similares en la producción del colágeno.

La cebolla es rica en antioxidantes y otras propiedades, lo que la hace una gran aliada en la producción de colágeno. | Foto: HeikeRau

Es importante balancear el consumo de varios alimentos que tengan riqueza en colágeno y no excederse en el de la cebolla, ya que hay personas que sufren de alergias o presentan intolerancia a la cebolla. Cuando esto ocurre, es posible que este alimento produzca diarrea, hinchazón o gases intestinales. Otras son alérgicas a este alimento y es posible que presenten hormigueo en la boca, hinchazón de las vías respiratorias o dificultad para respirar. En ambos casos, es importante acudir al médico si se evidencian reacciones adversas.

Otro aspecto a tener en cuenta es que si su consumo es excesivo genera hipoglucemia en aquellas personas con bajos niveles de glucosa. Por último, la cebolla genera mal aliento debido a su contenido en azufre, especialmente si se consume cruda.