El colesterol es una sustancia que el cuerpo necesita para funcionar correctamente y gozar de buena salud. Sin embargo, es necesario que corresponda a cantidades adecuadas.
Cuando hay colesterol alto, es posible que se formen depósitos grasos en los vasos sanguíneos. Con el paso del tiempo, estos depósitos crecen y es más difícil que fluya suficiente sangre a través de las arterias. En algunos casos, esos depósitos pueden romperse de repente, lo que genera un coágulo que causa un ataque cardíaco o un accidente cerebrovascular, explica el portal de Mayo Clinic.
Esta organización señala que existen dos tipos de colesterol, los cuales son:
Lipoproteína de baja densidad (LDL). El colesterol LDL, o “malo”, transporta las partículas de colesterol por todo el cuerpo. El colesterol LDL se acumula en las paredes de las arterias, lo que genera su endurecimiento y estrechamiento.
Lipoproteínas de alta densidad (HDL). El colesterol HDL, o “bueno”, recoge el exceso de colesterol y lo lleva de nuevo al hígado.
La medicina alternativa ofrece algunas opciones que pueden servir de complemento para eliminar la placa que se forma a raíz del exceso de colesterol malo en la sangre. El portal especializado Mejor con salud menciona que el ajo, en conjunto con el limón, puede ser aprovechado en un remedio natural para reducir los niveles de colesterol en el organismo.
El ajo se caracteriza por su sabor y versatilidad y, por ello, es uno de los alimentos más utilizados no solo en la preparación de platos gastronómicos, sino para tratar y prevenir el desarrollo de diversas afecciones, debido a su elevada densidad nutricional.
Se trata de un alimento nutritivo, que contiene minerales como manganeso, selenio, calcio, cobre o potasio y vitaminas B6 y C; tiene pocas calorías y se aconseja incluirlo en el marco de una dieta equilibrada y saludable para potenciar sus beneficios.
- Ayudar a reducir el colesterol malo (LDL) mientras aumenta el bueno (HDL).
- Disminuir los triglicéridos en la sangre.
- Ayuda en la prevención de trombos (coágulos sanguíneos que se forman en un vaso y permanece allí).
- Contribuye a bajar la presión arterial.
- Mejora el funcionamiento del hígado.
- Potencia el sistema inmunitario.
Así mismo, el citado portal resalta que “tanto el ajo como el limón poseen propiedades antioxidantes, lo que los hace capaces de contribuir a la renovación y el rejuvenecimiento de las células”. Para aprovechar sus beneficios, la opción más popular es a manera de infusión.
Ingredientes:
- Cuatro limones.
- Cuatro cabezas de ajo.
- Tres litros de agua hervida.
Preparación:
- Pelar el ajo y cortar los dientes en mitades.
- Lavar muy bien los limones y cortarlos en pequeños pedazos, sin retirar la cáscara.
- Llevar los ingredientes a un recipiente e incorporar el agua.
- Distribuir la mezcla en tres frascos de cristal y rellenarlos con agua tibia.
- Cerrar muy bien los frascos y llevarlos a la nevera.
- Refrigerar por tres días.
- Una vez pase el tiempo sugerido, colar la mezcla de los tres frascos y volver a guardar el líquido en la nevera.
No obstante, es pertinente mencionar que este tipo de remedios caseros no sustituye la perspectiva médica, por lo que es conveniente contar con el aval de un profesional antes de intentarlos.
Colesterol alto: consejos para reducirlo
1. Comer alimentos saludables para el corazón
En este aspecto es importante reducir el consumo de las grasas saturadas, que se encuentran principalmente en las carnes rojas y los productos lácteos enteros.
Disminuir la ingesta de este tipo de sustancia reduce el colesterol de lipoproteínas de baja densidad (LDL), conocido como “malo”. También se deben eliminar las trans, que son usadas en margarinas, galletas y pasteles pues suben el colesterol total.
De manera contraria, se debe incrementar la ingesta de ácidos grasos omega-3, que si bien no inciden en el colesterol LDL, sí tienen otros beneficios para la salud del corazón, entre ellos, la disminución de la presión arterial.
De igual forma, es clave consumir mucha fibra soluble, la cual ayuda a reducir la absorción del colesterol en el torrente sanguíneo. Los alimentos fuente de este nutriente son la avena, fríjoles, coles de Bruselas, manzanas, peras, entre otros.
2. Hacer ejercicio la mayoría de días de la semana
La actividad física moderada ayuda a aumentar las lipoproteínas de alta densidad (colesterol HDL), conocido como “bueno”. Lo recomendable es realizar al menos 30 minutos de ejercicio cinco veces a la semana o actividad aeróbica intensa durante 20 minutos tres veces a la semana.
También se pueden efectuar caminatas rápidas durante la hora del almuerzo, todos los días, ir en bicicleta hasta el trabajo y practicar algún deporte.
3. Dejar de fumar
Dejar de fumar mejora el nivel de colesterol HDL (bueno). De acuerdo con Mayo Clinic, los beneficios se producen rápidamente. A los 20 minutos de haber dejado de fumar, la presión arterial y la frecuencia cardíaca se recuperan del pico inducido por el cigarrillo; a los tres meses, la circulación sanguínea y la función pulmonar comienzan a mejorar y al año de haber dejado el cigarrillo, el riesgo de padecer una enfermedad cardíaca es la mitad que el de un fumador.
4. Bajar de peso
Tener algunos kilos de más, aunque sean pocos, contribuye a elevar los niveles de colesterol. Los expertos aseguran que los cambios pequeños suman. Por ejemplo, si la persona consume bebidas azucaradas, lo ideal es reemplazarlas por agua.
También ayuda incorporar más actividad a la rutina diaria, como usar las escaleras en lugar de tomar el ascensor o estacionar más lejos de la oficina. Caminar durante los descansos del trabajo y tratar de realizar actividades de pie.