Las grasas son nutrientes que aportan energía y ayudan a la absorción de vitaminas. El portal de salud Mayo Clinic explica que el cuerpo descompone la grasa en la alimentación en diferentes partes llamados ácidos grasos y los usa para producir las grasas que necesitan.
“Las grasas son importantes para el uso que hace el cuerpo de muchas vitaminas. Además, las grasas intervienen en la formación y el funcionamiento de las células del cuerpo”, señala el portal.
Una creencia muy común es que las grasas son malas para el cuerpo humano y por ello en algunas ocasiones las personas optan por intentar dejarlas de consumir lo más que se pueda. Sin embargo, no todas las grasas de la alimentación son iguales y, dependiendo de su tipo, tienen diferentes efectos en el cuerpo.
Existen dos tipos principales de grasas
Grasas saturadas: por lo general se encuentran en estado solido a temperatura ambiente. Las fuentes más frecuentes de estas grasas son las carnes y los productos lácteos.
Grasas insaturadas: suelen encontrarse normalmente en estado liquido a temperatura ambiente y están en alimentos como los vegetales, los frutos secos y el pescado.
Existen dos tipos de grasas insaturadas: monoinsaturadas y poliinsaturadas.
Grasas monoinsaturadas: mayo Clinic señala que este tipo de grasas de origen vegetal pueden ayudar a reducir el colesterol malo y aumentar el bueno. Además, pueden mejorar el control de los niveles de glucosa sanguínea.
Este tipo de grasas pueden encontrarse en carnes rojas y productos lácteos, así como en muchas plantas vegetales.
Grasas poliinsaturadas: esta se divide en dos tipos de ácidos. Los primeros son los ácidos grasos omega-6 que pueden ayudar a disminuir el colesterol malo y los triglicéridos, así como también ayudan a aumentar el colesterol bueno y contribuyen a un mejor control de la glucosa sanguínea.
Los segundos son los ácidos grasos omega-3 que pueden tener grandes beneficios para la salud como lo pueden ser la reducción de los niveles de triglicéridos en la sangre y la disminución del riesgo de enfermedades cardíacas y vasculares.
Si el objetivo es perder peso, además de cuidar la salud, las grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas serán un gran aliado en esta tarea. Un estudio realizado por la Revista de la Asociación Médica Estadounidense (JAMA pos sus siglas en inglés) evidenció algunas diferencias en la pérdida y ganancia de peso entre las personas que siguieron una dieta baja en carbohidratos y aquellas que realizaron una dieta baja en grasas.
La diferencia destaca en que la grasa ayuda a proporcionar una mayor saciedad, pese a que tiene el doble de calorías por gramo que las proteínas o los carbohidratos. A sí las cosas, esto ayudará a que la persona no ‘pique’ entre horas.
Algunos de los alimentos que contienen grasas poliinsaturadas o grasas monoinsaturadas son el aguacate, las almendras, los anacardos, los aceites de aceitunas, semillas de cártamo o de calabaza.Asimismo se encuentran los pescados como el salmón, las anchoas, la caballa, el arenque, las sardinas y el atún. También destacan alimentos como los aceites de semillas de canola, soja, nueces y linaza.
Mayo Clinic entrega ciertos consejos que pueden ayuda a reducir las grasas no saludables en la dieta:
- Eligir carne magra y carne de aves sin piel. Recorta la grasa visible de la carne. Quita la grasa y la piel de la carne de aves.
- Comer y beber productos lácteos bajos en grasa.
- Eligir frutas y verduras enteras cuando se tenga hambre.
- Limita el consumo de alimentos procesados, que a menudo contienen grasa saturada.
- Revisar las etiquetas de los alimentos procesados bajos en grasa o sin grasa, que pueden contener gran cantidad de azúcares añadidos y sodio (sal).
- Usar aceites vegetales en lugar de mantequilla o manteca y usar aceite de canola para cocinar en caliente.
Es importante señalar que lo más aconsejable es acudir a un médico para que sea quien planifique un plan de alimentación de acuerdo a las características de la persona.