La salud y el bienestar dependen de procesos básicos en el día a día, como una correcta nutrición y la buena eliminación de deshechos. Por ello, la mayoría de expertos recomienda una dieta balanceada rica en vegetales, frutas, proteínas o alimentos que aporten vitaminas y minerales. No obstante, la eliminación de desechos es igual de vital, pues a través de la sangre se transportan tanto minerales como grasas, entre otros, que pueden mejorar la salud o empeorarla.

A pesar de que naturalmente existen órganos encargados de realizar la limpieza de la sangre o de actuar como filtros para esta, es importante no recargar estos órganos para no incurrir en un desgaste que conlleve a una enfermedad. Según Healthline, para mantener el organismo limpio es preciso depurarlo cada cierto tiempo con medicamentos dispuestos para esto, no obstante, existen plantas o alimentos que ayudan en la depuración de las toxinas que se pueden encontrar en la sangre.

Algunos alimentos que ayudan a depurar las toxinas de la sangre son:

Granada: Según una investigación de la Universidad de California, tomar un vaso de jugo de granada diario durante tres meses ayuda a mejorar la fluidez de la sangre, además de purificarla. Otro estudio de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche, dirigido por el catedrático Enrique Roche, señaló que la ingesta de este jugo podía disminuir el nivel de colesterol en la sangre entre un 10 y un 15 por ciento.

Ajo: El ajo es uno de los alimentos más usados a la hora de condimentar y sazonar cualquier plato, pero, además de su sabor, es rico en alicina, entre otros nutrientes que ayudan a limpiar la sangre y favorecer el sistema cardiovascular. Esto, según la Fundación Española del Corazón, que asegura que el ajo ayuda a disminuir la presión arterial alta y previene el endurecimiento de las arterias.

Cebolla: Un estudio realizado por la Universidad de Pennsylvania, Estados Unidos, reseñó que comer al menos media cebolla al día reduce el riesgo cardiovascular y el colesterol en un 15 %. Por otro lado, el estudio señaló que esta mantiene purificada la sangre y las paredes de las arterias, dejándolas libre de grasas.

Jugo de piña y fresa: Según el sitio web especializado en medicina Medline Plus, las fresas, esta rica fruta que diariamente es consumida por millones de personas, se encargan de eliminar las piedras en los riñones, mientras que la piña, por ser rica en potasio, favorece el funcionamiento de estos.

Por otro lado, el portal Tua Saúde resalta que la piña es una fruta que brinda otros beneficios a la salud como prevenir enfermedades cardiacas por ser buena fuente de vitamina C y previene los riesgos de sufrir trombosis por su contenido de bromelina y antioxidantes.

Jugo de piña | Foto: HandmadePictures

Cabe resaltar que unos de los aspectos asociados con la acumulación de toxinas, además de una mala alimentación, son el estrés, el sedentarismo y la falta de hidratación.

De igual manera, es importante tener en cuenta que los problemas circulatorios y del corazón se agrupan en dos categorías: congénitos, lo que significa que el problema estaba presente en el momento del nacimiento, y adquiridos, lo que significa que los problemas se desarrollaron en algún momento de la infancia, la niñez, la adolescencia o la vida adulta.

De hecho, cuando una persona tiene mala circulación puede presentar fatiga, edema, mareos, dolor de cabeza, manos y pies fríos, dolor en las piernas, calambres musculares, latidos cardíacos irregulares, pérdida de cabello y sequedad de la piel, entumecimiento u hormigueo en partes del cuerpo, entre otras.

Por tal razón, el diario español Mundo Deportivo reveló, en su sección de salud, que las frutas y verduras que son ideales para mejorar la circulación de la sangre son: “Espinacas, zanahorias crudas, brócoli, alcachofas, judías verdes, acelgas, pera, plátano, aguacate, frambuesas y otras frutas desecadas como las ciruelas pasas”.

Hay que señalar que un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización para la Agricultura y la Alimentación de las Naciones Unidas (FAO), publicado recientemente, recomienda como objetivo poblacional la ingesta de un mínimo de 400 gramos diarios de frutas y verduras (excluidas las patatas y otros tubérculos feculentos) para prevenir enfermedades crónicas como las cardiopatías, el cáncer, la diabetes o la obesidad, así como para prevenir y mitigar varias carencias de micronutrientes, sobre todo en los países menos desarrollados.