El Instituto Nacional del Cáncer señala que la principal función del hígado es la limpieza de la sangre y su participación en la digestión secretando bilis. Además, de descomponer las grasas para que el cuerpo las digiera y las absorba.
Es entonces que la enfermedad del hígado graso no alcohólico (NAFLD) es el conjunto de afecciones que impactan de manera negativa a este órgano y se presenta en quienes no consumen licor, y si lo hacen, es en bajos niveles.
La Clínica Mayo explica que los signos asociados con esta enfermedad son dolores intensos en el estómago y la sensación de fatiga. Sin embargo, los vasos sanguíneos agrandados, la inflamación en el abdomen y el color amarillo de la piel y los ojos pueden ser signos que alertan de un problema en el hígado.
Muchas son las explicaciones que la ciencia da sobre el desarrollo de enfermedades hepáticas, pero a ciencia cierta no se conoce con exactitud porque algunas personas acumulan grasa en su hígado y otras no, o algunos hígados grasos pueden terminar en cirrosis.
La entidad americana de ciencia y salud menciona que tanto la obesidad como el sobrepeso, y la hiperglucemia, junto a niveles altos de triglicéridos, son los signos que más se destacan en la enfermedad del hígado graso no alcohólico y la esteatohepatitis no alcohólica.
Por lo anterior es importante realizar exámenes de sangre que indiquen los niveles de colesterol alto, de triglicéridos, porque estos determinan las probabilidades de riesgo de una enfermedad hepática. Asimismo, quienes tengan un diagnóstico de diabetes tipo 2, apnea del sueño, entre otros, son altamente vulnerables a desarrollarlos.
¿Qué es la cirrosis?
Aunque la cirrosis se asocia con el resultado del alto consumo de bebidas alcohólicas, es cierto que también enfermedades hepáticas como la hepatitis pueden verse involucradas en la cicatrización del hígado.
De acuerdo con el National Institute of Diabetes and Digestive and Kidney Diseases, en la cirrosis el hígado está cicatrizado, lo que impide su funcionamiento normal, y puede empeorar su condición todo debido a problemas en el hígado. Asimismo, describe la fatiga y la comezón como los principales síntomas que experimentan las personas que padecen esta enfermedad, que se considera crónica.
Es importante aclarar que esta afección no tiene hasta el momento cura, pero son múltiples los tratamientos que existen para las enfermedades que la producen.
Aloe vera
La sábila también es conocida como aloe vera, sus efectos antiinflamatorios son los más característicos de esta planta que ha sido usada generación tras generación.
El aloe vera está compuesto de vitaminas A, B y C, que fortalecen el sistema inmunológico. Su uso trae varias ventajas para el crecimiento del cabello, brindándoles hidratación a los folículos pilosos y a sus hebras. Además, algunas personas la utilizan como un removedor de maquillaje, combatiendo la aparición de líneas de expresión y las arrugas que son naturales con el paso del tiempo.
No se recomienda su consumo en mujeres que se encuentren en estado de embarazo o lactando. Así mismo, los niños o las personas que tienen apendicitis, cistitis, nefritis, entre otros problemas de salud. Por esto, se sugiere informarse antes de su ingesta y verificar que sea una especie apta para su consumo o empleo, ya que algunas sábilas pueden ser tóxicas.
Licuado con aloe vera para depurar el hígado
Mejor con Salud revela una receta que ayuda a limpiar el hígado y a desinflamarlo, sin embargo, se aconseja si es posible consultar antes de su consumo con un médico.
- 500 ml de agua
- 1 cucharadita de cúrcuma
- Hojas de menta
- 1 limón
- Aloe vera (lavar muy bien su pulpa)
Modo de preparación
- Agregar a la licuadora el zumo del limón, la cúrcuma, la menta fresca y el gel de la sábila.
- Licuar hasta conseguir una mezcla homogénea.
- Consumir.