Las alucinaciones hipnagógicas son más frecuentes de lo que parece. Puede que por el nombre no sean familiares, pero le han ocurrido a gran parte de la población. ¿De qué se trata?
Esta condición corresponde a sensaciones imaginarias que parecen y se sienten reales. Son conocidas como alucinaciones del sueño y ocurren cuando una persona se está quedando dormida. La palabra hipnagogia hace referencia a la etapa de transición entre la vigilia y el sueño. Lo opuesto a esta es la hipnopómpica, un estado de transición que se experimenta cuando una persona se está despertando.
Aquellas percepciones irreales aparentan ser bastante reales. La persona es capaz de ver, sentir o escuchar algo con claridad, aunque no exista. Esta condición confunde al cerebro, debido a que no le permite distinguir la realidad de la fantasía. Si bien no es una patología, hay que tener cuidado cuando ocurren con frecuencia.
Mejor con Salud explica que estas imágenes irreales son pseudoalucinaciones, lo que es igual a decir que no generan una ruptura con la realidad. A diferencia de los sueños, los cuales si cuentan con un grado de inverosimilitud, las alucinaciones no se muestran diferente a lo convencional.
Un paciente que experimente esto tendrá una sensación auditiva, visual o táctil, representada en ver imágenes en movimiento, escuchar voces o sentir que algo o alguien los está tocando. Por tal motivo, la gama de alucinaciones es infinita.
La experiencia es similar a una persona que está bajo los efectos de alguna sustancia psicoactiva, por el hecho que también puede sentir que se realiza alguna acción sin hacerla en realidad.
Como tal, no hay una causa exacta para esta condición. Sin embargo, está comprobado que es frecuente en niños, niñas y adolescentes, quienes dejan de tenerlas a medida que crecen. Por lo general, las ilusiones no son peligrosas y esporádicas, pero no siempre es así.
En determinados casos, las alucinaciones hipnagógicas llevan a trastornos del sueño, tales como parálisis del sueño o narcolepsia. En adición, deterioran el funcionamiento del cerebro. Este fenómeno puede generar otro tipo de ilusorias.
Por ejemplo, el efecto Tetris es una condición que afecta a las personas que juegan por muchas horas a videojuegos y experimentan alucinaciones. En la transición de la vigilia, su mente construye imágenes de los juegos, las cuales interactúan con elementos de la realidad y el alrededor.
Las sacudidas hipnagógicas son otra consecuencia. A medida que el paciente experimenta la alucinación, el cuerpo se contrae de manera súbita y potente. En algunas ocasiones, estas son tan fuertes que pueden despertar instantáneamente a la persona. Se estima que más de dos terceras partes de la población global ha sentido alguna vez esto.
El fenómeno más común y que puede desarrollarse por esta situación es la parálisis del sueño. Aquella condición consiste en estar despierto, pero sin la posibilidad de mover ningún músculo; en otras palabras, es sentirse inmóvil a pesar de no estar en reposo.
La experiencia suele ser atemorizante, debido a que a las personas les puede faltar el aire o preocuparse por estar quietos sin razón. Si una persona frecuenta tener alucinaciones, este fenómeno será más frecuente. Otra complicación posterior a la experiencia ilusoria son los sueños lúcidos, los cuales se presentan cuando una persona está consciente de que está durmiendo, pero logra controlar todo lo que ocurre a su alrededor. Hay artistas que, inclusive, emplean esto a su favor para potenciar su creatividad.