La enfermedad de Alzheimer es un trastorno cerebral que destruye lentamente la memoria y la capacidad de pensar y, con el tiempo, la habilidad de llevar a cabo las tareas más sencillas, según explica el Instituto Nacional sobre el Envejecimiento, que hace parte de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos.
Además, Medline Plus, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, explicó que la enfermedad comienza lentamente y las personas afectadas pueden tener dificultades para recordar cosas que ocurrieron en forma reciente o los nombres de personas que conocen.
Con el tiempo, los síntomas del Alzheimer empeoran, pues las personas pueden no reconocer a sus familiares y pueden tener dificultades para hablar, leer o escribir. Además, pueden olvidar cómo cepillarse los dientes o peinarse el cabello.
Más adelante, pueden volverse ansiosos o agresivos o deambular lejos de su casa y, finalmente, necesitan cuidados totales.
No obstante, es importante señalar que ningún tratamiento puede detener la enfermedad, pero, según Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, se pueden modificar un número de factores de riesgo en el estilo de vida para la enfermedad de Alzheimer como, por ejemplo, hacer ejercicio en forma regular. El portal Terra citó un estudio de la “revista científica Jama Neurology, que encontró que caminar entre 3.800 y 9.800 pasos al día ayuda a reducir el riesgo de demencia”.
De hecho, el estudio citado por el portal señala que “los resultados mostraron que las personas de entre 40 y 79 años que daban 9.826 pasos al día tenían una reducción del 50 % en el riesgo de desarrollar demencia durante los próximos siete años, pero una caminata más corta también mostró beneficios: aquellos que caminaron aproximadamente 3.800 pasos redujeron su riesgo de demencia en un 25 %”.
Por ello, de acuerdo con Mayo Clinic, la caminata habitual se convierte en un ejercicio que mejora el estado físico, se debe adoptar una buena postura y movimientos decididos y la postura debe ser:
- La cabeza en alto. Mirar hacia adelante, no hacia abajo.
- El cuello, la espalda y los hombros deben estar relajados, y no levantados ni tensionados.
- Se deben balancear los brazos libremente, con una ligera flexión de los codos.
- Apretar ligeramente los músculos del estómago, con la espalda recta, no arqueada hacia delante o hacia atrás.
- Caminar de manera fluida, apoyando el talón y luego los dedos.
Adicional, caminar no solo podría prevenir el riesgo de demencia, sino que también tienen otros beneficios como:
- Mantener un peso saludable y perder grasa corporal.
- Prevenir o controlar diversas afecciones, como las enfermedades cardíacas, los accidentes cerebrovasculares, la hipertensión arterial, el cáncer y la diabetes tipo 2.
- Mejorar el estado cardiovascular.
- Fortalecer los huesos y los músculos.
- Mejorar la resistencia muscular.
- Aumentar los niveles de energía.
- Mejorar el estado de ánimo, la cognición, la memoria y el sueño.
- Mejorar el equilibrio y la coordinación.
- Fortalecer el sistema inmunitario.
- Reducir el estrés y la tensión.
“Se puede comenzar con cinco minutos al día la primera semana y luego aumentar el tiempo cinco minutos cada semana, hasta llegar por lo menos a 30 minutos diarios y, para obtener incluso más beneficios para la salud, se debe intentar hacer al menos 60 minutos de actividad física la mayoría de los días de la semana”, señaló la entidad sin ánimo de lucro.
De todos modos, la información antes dada de ninguna manera sustituye la asesoría médica y, por ello, lo primero que se debe hacer es consultar a un experto de la salud para que sea este quien guíe el proceso e indique qué es lo más adecuado para cada persona.