La enfermedad de Alzheimer es un trastorno en el cerebro que destruye lentamente la memoria y la capacidad de pensar y, con el avance del tiempo, también puede afectar la capacidad de una persona para realizar tareas sencillas.

Según el portal Alzheimers, del Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos, los individuos con este padecimiento pueden experimentar cambios en la conducta y su personalidad.

Los síntomas de la enfermedad de Alzheimer, que se manifiestan como cambios en el pensamiento, la memoria, el razonamiento y el comportamiento, se conocen como demencia. “Por esta razón, algunas veces se hace referencia a la enfermedad de Alzheimer simplemente como “demencia”. Otras enfermedades y afecciones también pueden ocasionar demencia, pero la enfermedad de Alzheimer es su causa más frecuente en las personas mayores”, precisa la mencionada fuente.

De acuerdo con los expertos, esta enfermedad no es una parte normal del envejecimiento, sino que es el resultado de cambios complejos que se presentan en el cerebro y que empiezan años antes de que los síntomas comiencen a aparecer. Estas modificaciones originan la pérdida de neuronas y de sus conexiones.

El Ministerio de Salud y Protección Social indica que en las etapas tempranas, la demencia pasa desapercibida, ya que el inicio es paulatino. Los síntomas más comunes incluyen tendencia al olvido, pérdida de la noción del tiempo y desubicación espacial, incluso en lugares conocidos.

En la etapa intermedia, por su parte, los signos y síntomas se vuelven más evidentes y generan mayores limitaciones. Por ejemplo, las personas pueden empezar a olvidar acontecimientos recientes, así como los nombres de las personas, es posible que se desubiquen en su propio hogar, tienen cada vez más dificultades para comunicarse y empiezan a necesitar ayuda con temas como el cuidado personal.

A esto se suma, según MinSalud, que estos pacientes se enfrentan a cambios de comportamiento, por ejemplo, dan vueltas por la casa o repiten las mismas preguntas.

De acuerdo con esta entidad, la investigación científica demuestra que se puede reducir el riesgo de presentar este padecimiento haciendo ejercicio con regularidad, no fumando, evitando el uso nocivo del alcohol, controlando el peso, tomando una alimentación saludable y manteniendo una tensión arterial y unas concentraciones sanguíneas adecuadas de colesterol y glucosa.

Hábitos saludables

La práctica de hábitos saludables es determinante para prevenir o retardar la posible aparición de esta enfermedad. Por ejemplo, uno clave es socializar. Estar en contacto con otras personas hace que el cerebro se mantenga activo.

Algunos estudios indican que los sentimientos de autoeficacia y de autoestima que se derivan de actividad social, se relacionan directamente con el mantenimiento de la función mental.

Evitar fumar también es importante, pues los estudios han determinado que las personas fumadoras tienen un mayor riesgo de sufrir demencia o algún tipo de enfermedad mental como el alzhéimer.

La alimentación juega un papel determinante en la preservación de la salud mental y por ello una de las recomendaciones de los especialistas es reducir las grasas, especialmente las saturadas, así como productos animales como carnes y lácteos, bajarle a la cantidad de alimentos procesados y consumir más frutas y vegetales como parte de una dieta equilibrada y saludable para el organismo.

También es clave la práctica de ejercicio aeróbico regular, ejercicios de fortalecimiento de piernas y mantenerse activo durante todo el día.

Otro hábito saludable en el que deberían trabajar las personas es en el manejo del estrés. Según MinSalud, es importante identificar el estrés bueno y el malo. El bueno es el que está marcado por un propósito y orientado al logro de resultados y del éxito. Una de las formas de hacerle frente a esta situación es poniendo en práctica técnicas de meditación.

Tratar de tener un sueño reparador y optimizar la actividad mental y social son otros dos aspectos en los que las personas deberían trabajar en aras de mantener unas buenas condiciones cerebrales y evitar la llegada de la enfermedad de Alzheimer y como consecuencia, de la demencia.