El Alzhéimer es uno de los tipos de demencia que más se presenta en todo el mundo, representa entre un 60% y un 70% de los casos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que más de 55 millones de personas tienen demencia en todo el mundo.
Los expertos describen que el Alzhéimer es una afección progresiva y que puede causar afecciones de salud, ocasionando que la persona olvide por completo aspectos de su vida diaria y desconozca a sus seres más cercanos.
“Con el tiempo, los síntomas del Alzhéimer empeoran. Las personas pueden no reconocer a sus familiares. Pueden tener dificultades para hablar, leer o escribir. Pueden olvidar cómo cepillarse los dientes o peinarse el cabello. Más adelante, pueden volverse ansiosos o agresivos o deambular lejos de su casa”, explica Medline Plus, sitio web de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.
El portal señala que la enfermedad va avanzando poco hasta que finalmente necesitan cuidados totales, lo que puede volverse muy estresante para los familiares que deben hacerse cargo de sus seres queridos.
Pese a las múltiples investigaciones, hasta el momento no se ha logrado descubrir un único factor que ocasione directamente este tipo de demencia. De hecho, se ha establecido que múltiples factores influyen en el desarrollo de esta enfermedad, entre estos están la edad, la herencia genética, los hábitos alimenticios, entre otros.
Casos de Alzhéimer se habrían desarrollado por tratamiento médico
En los últimos días, se conoció un gran hallazgo que ha despertado curiosidad entre los médicos y científicos. De acuerdo con científicos de la University College of London (UCL) y del University College London Hospitals (UCLH), se identificaron cinco casos de Alzhéimer que “parecen haber sido adquiridos médicamente y debido a la transmisión de la proteína beta amiloide”.
El estudio fue publicado en la revista Nature, en este los autores aseguraron que esta sería la “primera evidencia” de casos que se hayan presentado de este tipo. Los científicos nombraron a un grupo de pacientes jóvenes y que, según análisis, eran ajenos a las mutaciones genéticas que desarrollan el Alzhéimer. Además, en su infancia habían recibido una hormona de crecimiento extraída de cerebros humanos fallecidos.
Al parecer, este procedimiento derivó en que también se transmitió la proteína beta-amiloide al cerebro de estas personas, la cual es una de las características del Alzhéimer. Según el estudio, esta poco a poco se propagó hasta formar placas que finalmente desencadenaron esta enfermedad. Debido a las condiciones en las que se generaron estos casos, los mismos fueron catalogados como “iatrogénicos”, es decir, que fueron provocadas por un médico.
“No hay sugerencia alguna de que la enfermedad de Alzhéimer pueda transmitirse entre individuos durante las actividades de la vida diaria o las actividades médicas de rutina. Los pacientes que hemos descrito recibieron un tratamiento médico específico y descontinuado durante mucho tiempo que consistía en inyectarles material que ahora se sabe que estaba contaminado con proteínas relacionadas con la enfermedad”, dijo John Collinge, uno de los autores del estudio.
Collinge explicó que estos casos inusuales deberían llevar a que se revisen las medidas que permitan prevenir la transmisión accidental de este tipo de enfermedades u otras.
Los autores enfatizaron que por el momento no hay indicios de que la enfermedad de Alzhéimer pueda adquirirse por contacto cercano o durante la prestación de atención de rutina, por lo que se trata de casos inusuales.