Una de las enfermedades que afectan de manera directa la salud del cerebro es el alzhéimer. Esta enfermedad con el paso del tiempo imposibilita a la persona para continuar con su vida de manera regular, ya que requiere de un acompañamiento permanente por parte de un profesional de la salud como un enfermero o de un familiar; debido a que el paciente olvida comer, bañarse, controlar esfínteres, etc.

El alzhéimer es la forma más común de demencia. Según menciona la biblioteca nacional de medicina y salud de los Estados Unidos, MedlinePlus, los primeros síntomas, luego de que un paciente ha sido diagnosticado con este padecimiento, es que empieza a olvidar acontecimientos que ocurrieron días e incluso horas atrás, por lo general, olvidan los nombres y el parentesco que tienen con las personas que los rodean; esto se debe a que las partes del cerebro que controlan el pensamiento, la memoria y el lenguaje se ven fuertemente afectadas.

Esta enfermedad puede surgir por factores hereditarios o genéticos. La mejor manera de prevenirla es llevando un plan de alimentación sano y equilibrado que contenga alimentos de todos los grupos; los profesionales de la salud sugieren, para cuidar del cerebro, incluir en la dieta, como mínimo dos veces a la semana, la ingesta de pescados como el salmón, la caballa, el atún y la caballa.

También es crucial realizar actividad física o practicar algún deporte a lo largo de la vida. Esta actividad debe ser acorde con la edad y las condiciones físicas de la persona. Adicionalmente, es pertinente dormir el número de horas adecuadas para la edad durante la noche y evitar los picos prolongados de estrés.

Entre otras causas de la pérdida de la memoria se encuentran Insuficiencia de oxígeno al cerebro cuando el corazón o la respiración se detienen durante demasiado tiempo, infección cerebral grave o infección alrededor del cerebro, una cirugía mayor o una grave enfermedad e incluso cirugía de cerebro. | Foto: Derek Berwin. 2014

Gracias a diversas investigaciones que se han llevado a cabo se ha determinado que las vitaminas del complejo B cumplen con un papel protagónico a la hora de prevenir este padecimiento, ya que genera una barrera protectora en el cerbero que podría evitar dicha enfermedad.

El portal de ciencia y salud Scielo menciona la importancia de las vitaminas y a su vez destaca cuáles son las que más repercuten en la salud del cerebro y en la prevención de enfermedades como el Alzheimer.

“Las vitaminas: A, E, C y ß-caroteno, por su papel antioxidante, son consideradas como protectores de esta patología. Estos componentes han sido usados para el tratamiento del deterioro cognitivo y la EA (enfermedad reumática crónica e incapacitante) en diversos estudios. Estas investigaciones muestran que las vitaminas son un factor a tener en cuenta tanto en la prevención como en el tratamiento de la enfermedad”.

La relevancia de la vitamina B radica en que esta influye de manera directa en el buen funcionamiento del sistema nervioso; por eso la deficiencia de dicho componente se asocia con desórdenes en el cerebro que afectan de manera directa la función cognitiva.

Alzheimer | Foto: Iza Habur

El sistema nervioso se hace vulnerable cuando hay una ingesta desmedida de alimentos ultraprocesados o cargados de grasa, lo que le impide tener los suficientes radicales libres para defenderse de determinadas agresiones que pueden detonar en enfermedades neurodegenerativas.

La estimulación cerebral profunda es la aplicación directa de electricidad a ciertos centros del cerebro.(Foto: Thinkstock) | Foto: (Foto: Thinkstock)

Las vitaminas del complejo B, según menciona el portal de salud, belleza y cuidado personal Healthline, se pueden obtener de los siguientes alimentos. La idea es aumentar la ingesta de estos alimentos durante la etapa del envejecimiento; sin embargo, se deben comer a lo largo de la vida.

  • B1 (tiamina): carne de cerdo, semillas de girasol y germen de trigo.
  • B2 (riboflavina): vísceras, carne de res y champiñones.
  • B3 (niacina): pollo, atún y lentejas.
  • B5 (ácido pantoténico): hígado, pescado, yogur y aguacate.
  • B6 (piridoxina); garbanzos, salmón y las papas.
  • B7 (biotina): salmón, queso e hígado.
  • B9 (folato): verduras de hoja verde, hígado y frijoles.
  • B12 (cobalamina): carnes, huevos, mariscos y lácteos.