Tanto el alzhéimer como el párkinson son enfermedades que se presentan, frecuentemente, en adultos mayores, y que se producen tanto por el deterioro cognitivo, así como un proceso neurodegenerativo en el cuerpo humano.

Por su parte, la enfermedad del alzhéimer es uno de los tipos más frecuentes de demencia, que según explica la organización estadounidense, Mayo Clinic, transcurre progresivamente y hace que el cerebro se atrofie, o se encoja cada vez más, mientras las neuronas mueren.

“En Estados Unidos, unos 5,8 millones de personas de 65 años o más viven con enfermedad de Alzhéimer. De ellas, el 80 % tiene 75 años o más. De los aproximadamente 50 millones de personas con demencia en todo el mundo, se estima que entre el 60 % y el 70 % padecen enfermedad de Alzhéimer”, explicó el portal, dando un panorama de la frecuencia con la que se presenta este diagnóstico en el país norteamericano.

A medida que el Alzheimer avanza, los síntomas se agravan y se produce la desorientación, confusión cada vez más grave en relación con eventos, horas y lugares, sospechas infundadas sobre familiares, amigos y cuidadores profesionales, pérdida de la memoria y dificultad para hablar y caminar.

Mientras tanto, el párkinson se presenta directamente en el sistema nervioso, aunque también se inicia como un proceso neurodegenerativo, según indicó la Asociación Párkinson de Madrid, agregando que esta afección es crónica y tiende a afectar de diferentes formas para cada persona que lo desarrolla, aunque no es fatal, por lo que no es considerada una causa de muerte.

“A pesar de todos los avances de la neurología, hoy en día se desconoce la etiología o causa de la enfermedad de párkinson, por lo que también se desconoce cómo prevenirla. Afecta tanto a hombres como a mujeres, y más del 70 % de las personas diagnosticadas de párkinson supera los 65 años de edad. Sin embargo, no es una enfermedad exclusivamente de personas de edad avanzada, ya que el 30 por ciento de los diagnosticados es menor de 65 años.”, continúo expresando la asociación sobre esta afección.

Como detalla la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, Medline Plus, el párkinson no es una afección que se produzca directamente en la estructura ósea y muscular, que es la que le brinda soporte y movimiento al cuerpo, sino que se trata de un trastorno que se origina en las neuronas, cuando estas pierden su capacidad de producir dopamina.

Ante este panorama, es importante conocer alternativas que, en conjunto con los tratamientos médicos dictaminados, ayuden a combatir estas dos enfermedades. Una de estas es el buen dormir, que a través de estudios se ha determinado el beneficio ante la eliminación de químicos en el cerebro.

Según un estudio dirigido por expertos de la Universidad de Stony Brooke, en Nueva York, Estados Unidos, que indicaba cómo el dormir, específicamente de lado, podía ayudar a limpiar el cerebro de los residuos tóxicos en ratones, que se observó a través de resonancias magnéticas, mismos que pueden provocar las enfermedades mencionadas.

Así entonces, según el estudio, una persona tiende a limpiar mucho más rápido los residuos tóxicos de su cerebro si duerme de costado, que si descansa boca arriba o de forma contraria. Por lo que se recomendó como un método para apoyar y prevenir la aparición del alzhéimer y párkinson.