La salud de la piel es una de las que más preocupa a las personas, especialmente porque varias de las afecciones que pueden afectarla son bastante sensibles y notorias, por lo que generan no solo malestar, sino incomodidad y consecuencias en la autoestima. Esto sucede, por ejemplo, con algunos pacientes de acné.
Ciertas enfermedades son bien reconocidas por la población en general, otras a veces no se identifican con tanta facilidad por su nombre propio, como es el caso de la dishidrosis, una condición que produce ampollas en la piel de las manos.
Antes de explicar en qué consiste dicha afección, es preciso ahondar en su principal síntoma: la aparición de ampollas. De acuerdo con la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, Medline Plus, estas se presentan como pequeñas bolsas con líquido sobre la piel, las cuales tienden a producir picazón, pero además provocan ardor cuando se revientan.
Según explican los expertos del referido portal, los factores que pueden causar esta condición son múltiples, desde ejercer demasiada presión sobre una zona de la piel hasta trastornos de salud preexistentes. ¿Quién no recuerda las ampollas que salían luego de pasar varias veces un pasamanos en el parque o al usar zapatos nuevos?
Pues bien, “el líquido que rellena la ampolla es producido por el cuerpo como respuesta a una lesión”, indica el portal de salud de Sanitas; en el caso del ejemplo, esto es originado por la fricción de la piel contra otro material.
No obstante, estas también pueden aparecer como consecuencia de factores más internos, como alergias, afecciones del sistema inmunológico, infecciones virales o de la piel. Las emociones también pueden ser consideradas un aspecto detonante de esta condición.
En este punto, precisamente, es que vuelve a ponerse bajo la lupa la enfermedad dishidrosis. Según explican en un artículo de Salud180, se han realizado investigaciones que han procurado establecer la relación entre el estrés y el desarrollo de dicho trastorno; algunos de estos trabajos han concluido que la reacción de respuesta del organismo ante condiciones estresantes puede desencadenar un incremento en la liberación de adrenalina y cortisol, hormonas ampliamente relacionadas con esta emoción.
En últimas, esto conduce a una alteración del sistema inmune y, por ende, “provoca una respuesta inflamatoria en la piel, lo que desencadena las manifestaciones de eccema”, añaden desde el portal.
Como detalla además la entidad Mayo Clinic, estas ampollas suelen presentarse en los dedos y las palmas de las manos, y tienden a perdurar hasta tres semanas antes de secarse. Lo problemático, señalan, está en que no desaparece la condición por completo, sino que se pueden generar nuevos sacos con agua.
Lo anterior puede provocar bastante dolor e incomodidad para el paciente, debido a que las manos son una parte del cuerpo que está en constante contacto con otras superficies y que se emplean en el desarrollo de las tareas diarias. Por ello, una vez se identifique la presencia de una ampolla en la mano, lo ideal es consultar al médico de cabecera y exponer la situación.
Toda vez que la persona reciba el diagnóstico adecuado, será el profesional quien indique el tratamiento a seguir, el cual puede incluir medicación. Complementario a esta opción, el medio de difusión sobre salud Medical News Today indica que algunas opciones naturales pueden ayudar a facilitar la cicatrización y aliviar la picazón que acompaña a esta condición, entre ellas la caléndula.
Según lo explicado por el portal, esta planta se ha caracterizado por ser utilizada en la medicina tradicional para mejorar afecciones de la piel, entre los efectos que se le atribuyen se lista una acción antiinflamatoria y cicatrizante.
Para emplearla, existen diversas presentaciones en el mercado, pero también se puede preparar una infusión con las flores y humedecer la zona afectada con la preparación. Es preciso decir que se debe realizar una prueba de alergia antes de usarla para evitar reacciones contrarias.